Pocas cosas le quedaban por hacer a Genaro Gattuso (Corigliano Calabro, 1978) en el fútbol para completar su currículo de locuras y excentricidades. Pero en un club presidido por el singular Christian Constantin todo es posible. Víctor Muñoz se convirtió la semana pasada en el cuarto técnico desterrado en esta campaña por el afamado arquitecto, el dueño del Sion que ha fulminado a una treintena de entrenadores desde que llegó a la entidad en el 2003. Harto de todo, ha concedido al clan italiano la gestión del vestuario, con el capo Gattuso a la cabeza, convertido en capitán y técnico pese a llevar solo siete meses en Suiza. El segundo entrenador y el director deportivo también son italianos.

Volver a ver al guerrero calabrés sobre los terrenos de juego supuso un alivio en su país, que temía su retirada después de sufrir en septiembre del 2011 una parálisis en uno de los nervios del cerebro. El centrocampista se mareó en un partido del Milan contra el Lazio. “Me sentía como si estuviera borracho. Veía a Ibrahimovic en cuatro posiciones diferentes”, manifestó entonces. Lo pasó mal, pero jamás se rindió. “No dejaré el fútbol, esta enfermedad no acabará conmigo”, proclamó.

Y cumplió su palabra. Fue operado del ojo izquierdo, estuvo seis meses de baja y volvió a jugar en marzo del 2012. En mayo anunció su retirada del Milan, en el que llevaba desde 1999. Tras ganar dos Ligas y dos Champions, y proclamarse campeón del mundo con Italia en el 2006, parecía que la carrera del carismático jugador llegaba a su fin, pero en verano sorprendió a todos al irse al Sion. Constantin le persuadió para firmar hasta el 2014 cuando estaba cerca del Galatasaray y le convirtió en el jefe del equipo.

En la Liga suiza ya ha dejado su impronta. Por ejemplo, en un partido contra el Young Boys, después de sufrir una dura entrada un compañero del Sion, arrebató las tarjetas al árbitro y mostró él mismo la amarilla al infractor.

Ese carácter fue lo que sedujo a Constantin (el arquitecto factura 240 millones de euros anuales), que colecciona escándalos en Suiza. En el 2004, pegó una patada en los testículos a un asistente. Aunque lo más sonado fue su cruzada contra Platini después de que la UEFA excluyera al Sion de la Europa League por alineación indebida de seis jugadores. H