Ni las historietas de Pinocho, ni las presuntas irregularidades en la contabilidad del club de Blasco, ni los continuos volantazos en la política deportiva, ni el olvido eterno de los políticos (por lo menos de algunos importantes), ni la lluvia... nada ni nadie puede con el CD Castellón. Ayer, más de 3.000 personas en Castalia. Da igual el rival, si es La Nucía o quien fuera, porque todos iban a ver al Castellón. De eso no hay duda. Dos goles y detalles de calidad de Charly Meseguer, uno de los tres únicos jugadores criados en la cantera provincial de la convocatoria junto a Guille Vázquez y Jordi. Es verdad que faltaba uno de los mejores por tarjetas, como es Víctor Pino, y Borja, lesionado, pero se echa de menos más presencia de gente de la casa en Tercera, aunque yo diría que en cualquier categoría, porque en los mejores tiempos albinegros en Primera, el once despedía aroma de azahar. Buena victoria, que es lo que importa.

La gestión del club sigue siendo cuestión personal del presidente, que esta semana volvió a la escena, como siempre, para hacer amigos. Imagino que para disgusto de Víctor Mut, el director de comunicación que llegó al club para mejorar la imagen de Cruz. No sé qué decirle a Mut, aunque yo no seré quien me meta en su trabajo, porque respeto a los profesionales. Solo recordarle que los que informamos solemos contrastar las fuentes, igual que hacía él cuando ejercía de periodista. Ese es nuestro trabajo. El suyo, la comunicación del Castellón, que no es lo mismo que corregir a los que trabajan en los medios, porque eso sí que va contra la libertad de información. Y hay cosas que son indefendibles y la verdad solo tiene un camino. Por ello, Cruz corre el riesgo, como nos decían de pequeños en el colegio, de que le crezca la nariz si solo dice la verdad a medias. No sé que pensará Cano-Coloma, un tipo con honor, cuando su presidente desmiente que existiera una reunión en el hotel Westin de Valencia en la que se trató la venta de sus acciones (el 37,5% de Cruz) con un precio elevado y apretón de manos incluido con el propio Manuel Lobato Blanco, aunque luego se atreva a tildarlas de telenovelas mexicanas, cuando todas las partes implicadas, incluido, el grupo Meydis, reconoce las negociaciones. La telenovela no hubiera sido tal, seguramente, si el inversor mexicano hubiera aceptado gastarse su dinero con Cruz al frente, como el actual presidente propuso. Igual que ha hecho con otros empresarios. Tampoco entiendo lo de la desestabilización del club, cuando se trata de lo contrario, de otorgarle viabilidad económica con una ampliación de capital que él mismo debería haber diseñado.

Y luego está el recurso fácil de intentar confundir con la figura de Blasco, cuando realmente se trata de que de una vez por todas desaparezca de la escena el nefasto grupo de Castellnou. Precisamente esa era la negociación a varias bandas de Federico Olucha. El gran problema está en que ahora el Castellón es el puesto de trabajo de un presidente y no un club profesional que dé empleo a profesionales acreditados que lo gestionen en el fútbol de élite. Pero mientras exista tanta gente buena y albinegra como José Luis Alé Júnior, Iván Beltrán, José Luis Barreda, Alejandro Mateu, Carlos Rivera, Pedro Luis Izquierdo, Enrique Monerris, Miguel Ángel Serer... y una larga e interminable lista, ni las mentiras de Pinocho, ni la lluvia, ni Blasco, ni nadie hará sombra al Castellón. Durante unas semanas, al CD Castellón le ha ido muy bien con Cruz callado. Pero lo de las estrategias de comunicación... no es mi trabajo. H