Vuelve el Everest de cada año para Rafael Nadal. Esa tierra en la que nadie se atreve a levantarle la voz desde el 2005. Un escenario en el que durante una década ha ganado 33 títulos perdiendo solamente 9 partidos (ver gráfico). Un territorio en el que ha dejado su huella para la historia desde el Country Club de Montecarlo hasta Roland Garros, pasando por las pistas centrales del RCT Barcelona, de la Caja Mágica de Madrid y del Foro Itálico de Roma.

Sobre esa tierra roja se ha forjado gran parte de su leyenda y ahora, un año más, Nadal llega a Mónaco (debuta hoy en 2ª ronda ante el ruso Teymuraz Gabashvilli que ayer dio la campanada al derrotar al francés Gilles Simon por 4-6, 6-4 y 6-4) para iniciar su peregrinación hasta París.

Un año más la montaña que le espera asusta a cualquiera. Desde hoy y hasta el 8 de junio (día de la final de Roland Garros), le esperan cinco puertos de categoría especial . Cinco etapas en las que el año pasado cruzó la meta como ganador en cuatro: Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros, y se quedó a las puertas de Montecarlo donde cayó ante Djokovic.

CONTADOR A CERO // Una actuación de récord para sumar 5.100 puntos que fueron fundamentales para recuperar el nº 1 que luce desde el 7 de octubre del 2013 y en el que ya lleva 129 semanas. Unos puntos que ahora le toca defender sin recompensa alguna, apenas 400 puntos que sumaría si ganara su noveno título en Montecarlo. El resto es tierra quemada sobre la que Nole intentará arañar el máximo número de puntos para recortar distancias.

El panorama asustaría a cualquiera, aunque Nadal lo ve de distinta forma. “Es un error pensar en repetir o defender torneos. Ahora estoy bien situado en la Race. Cuando empiezo cada enero, lo hago con el contador a cero”. Y en esa Race, Nadal ya suma 2.595 puntos, solo superado por Djokovic (2.690) y por delante de Stanislas Wawrinka (2.535), que le ganó la final en el Abierto de Australia.

Nadal está satisfecho de la cosecha conseguida, aunque todavía le duele la derrota en la final de Melbourne. Lesionado, no pudo competir como quería y dejó escapar una gran ocasión para ganar su 14º Grand Slam y el segundo Abierto de Australia.

Después, sobre el cemento americano, perdió el título de Indian Wells y se estrelló contra Djokovic en el Masters de Miami. Ahora, en su territorio preferido, confía en recuperar sus mejores sensaciones. Montecarlo será la primera prueba de fuego. H