Fue un partido intenso, pero finalmente no tanto como para que Josep Guardiola le negara el saludo a Cesc Fàbregas, el que fuera su discípulo en el Barça, al menos según la versión del técnico. Ambos se reencontraron el pasado sábado en la Premier League, en un Manchester City-Chelsea que echó chispas: Agüero y Fernandinho, ambos del City, vieron la roja.

Al final del choque, unas imágenes podrían dar a entender que Guardiola se hizo el longuis y pasó de largo cuando Cesc, a su lado, le tendía la mano. Sin embargo, el propio técnico lo ha desmentido este lunes, en la rueda de prensa previa al partido de la Champions del City contra el Celtic. "Saludé a Cesc en el vestuario. En el campo no me di cuenta", ha zanjado Guardiola el asunto.