El deporte suele ser caprichoso y más si no vives del mismo. En Vinaròs, Antonio José Adell Reverter, al que todos conocen como Puchi, representa uno de esos casos que mezclan la capacidad de superación y el sacrificio. A sus 40 años, lleva 25 -es decir, desde los 15- ejerciendo de pintor (de brocha), y hasta hace 8 era futbolista, con experiencia en Tercera División y en Regional Preferente.

Nacido en Alcanar pero 18 años ya afincado en Vinaròs -“soc un vinarossenc més”, comenta-, lleva desde 2006 compaginando los andamios, las fachadas y la pintura, con el estudio -está acabando Historia y Patrimonio- y con uno de los deportes más duros, el triatlón... que desde 2008 ha pasado a ser ironman, cuyas competiciones constan de 3,8 km nadando, 180 km en bicicleta y un maratón corriendo, es decir, 42,195 km.

En tan pocos años ha sido el único provincial en clasificarse en cuatro ocasiones para el Campeonato del Mundo Élite que cada año se celebra en Hawái, participando en solo dos de ellos por temas económicos, ya que es un deporte donde los espónsores escasean.

Campeón Universitario de la Comunitat, 7º en el Campeonato de Europa de Belfort (Francia), 10º y 14º del Campeonato de España Élite en los dos últimos años y 3º y primer español del Ironcat de l’Ampolla 2014, son algunos de los logros que acumula Puchi en los 17 ironman que ha realizado.

Miembro del Club Esportiu Aigües de Vinaròs, la gran pregunta que el aficionado de a pie se pregunta es: ¿De dónde saca el tiempo? Y él es claro, “sacrificándote mucho y quitándole horas a todo”, explica el vinarocense.

‘DOBLES’ Y DÍA DE DESCANSO // Cuando prepara las competiciones, Puchi entrena seis días a la semana con uno de descanso, doblando en cada jornada de entrenamientos. “Alterno natación y bici con bici y correr los días entre semana, que es alrededor de tres horas y media”, comenta, añadiendo que “en fines de semanas suelo hacer cuatro horas de bici y dos corriendo”, remarca.

Y entre esas, “pintar, estudiar y estar con la familia, que siempre está ahí”. No en vano, confiesa que su pareja, María Albiol -de Vinaròs-, es “la que más me anima a salir a entrenar”. “Este es un deporte para masocas. Yo el 70% de los días me quedaría en casa y no entrenaría. Pero esto engancha y cuando luego te llega la recompensa, eso te llena”, argumenta.

Su secreto, la mentalidad. “Creo que mi fuerte está ahí, en la mentalidad. En deportes como este son clave”. Ni que lo digas hombre de acero. H