La misma puntería que mostraron ayer los jugadores de Fran Escribá ante el aro en el curioso último entrenamiento bajo techo antes del derbi autonómico de esta noche (20.45 horas, beIN LaLiga) es la que necesita el Villarreal para conseguir la primera victoria del 2017, aunque hoy la canasta debe ser de tres puntos. De ello depende que el Submarino tenga la opción de volver a asaltar las plazas de Champions o, como mínimo, seguir instalado entre los seis primeros de la Liga, un objetivo que hoy por hoy suena a utopía en su rival, el Valencia, hundido en la cola de la tabla y que busca un impulso para huir del abismo del descenso que le amenaza a tan solo cuatro puntos en el partido más especial que puede vivir el Estadio de la Cerámica, que espera una gran entrada a pesar de la inestabilidad meteorológica. Una victoria en un derbi —y más recordando el partido de hace cuatro años en Mestalla, preludio del descenso— bien vale el esfuerzo por parte del incondicional groguet.

EL PLAN INICIAL / Fran Escribá quiere meter mano al Valencia con las armas habituales, a la espera de que el club le consiga refuerzos para mejorar una parcela ofensiva que es el único punto débil del equipo. El estado del terreno de juego podría condicionar los planes, aunque el Villarreal confía en que el drenaje del Estadio de la Cerámica funcione a la perfección —los calefactores trabajaron a pleno rendimiento durante todo el día para menguar todo lo posible el efecto del agua— para dejar únicamente en pesado el césped. «Solo valoraría modificar los planes iniciales y apostar por un juego más directo y un equipo con más presencia física en el caso de que el campo estuviera impracticable», avanzó ayer el preparador amarillo.

El Submarino ha pasado la semana sin contratiempos más allá de las conocidas bajas de Musacchio, Cheryshev, Soldado —los tres por problemas físicos— y Cédric Bakambu —con su selección en la Copa África—. Escribá podrá disponer ante el Valencia de su once actual de gala, en el que solo cabe una pequeña duda en la banda derecha del centro del campo, zona que se disputan Jonathan dos Santos —la opción que ofrece más control— y Samu Castillejo —mayor verticalidad en el juego ofensivo—. Sin el estorbo de la Copa, Escribá podrá echar mano sin restricciones de sus titulares más habituales, empezando por Asenjo y acabando por Sansone. Entre el portero menos goleado de Primera División y el pichichi amarillo de la temporada no faltarán los principales baluartes de este Villarreal habituado a moverse durante casi toda la temporada en la zona alta. La seguridad de Víctor Ruiz, el complemento de Álvaro, la profundidad de Mario, la regularidad de Jaume Costa, el liderazgo de Bruno, el estado de gracia de Trigueros, la potencia de Soriano y, esperemos, la genialidad de Pato serán las bases en las que apoyar la primera victoria del año.

MOTIVACIÓN EXTRA / La carta de la motivación está asegurada en un encuentro para el que no hacen falta demasiadas acciones de psicología por parte del cuerpo técnico. Para algunos jugadores amarillos, como Bruno, Mario o Jaume Costa las opciones de vendetta —pese a no ser un factor determinante— también estará en el ambiente. Los tres son los supervivientes de aquel Valencia-Villarreal en Mestalla del 2012 de infausto recuerdo por el gol de Jonas en el añadido, una diana intrascendente para los valencianistas y que evitó la salvación matemática del Submarino.