La temporada 2014/2015 baja hoy el telón. Como cada año, el 30 de junio es una fecha que reúne prisas, estrés, esperanzas… El CD Castellón no es ajeno a ella, aunque le toca ver los toros desde la barrera, con cierto escepticismo sobre sus reducidas opciones de aspirar a una plaza en Segunda B, aunque luego, certificarla, sería otra cosa muy distinta.

Este mediodía acaba el plazo para que los seis clubs que esta temporada han competido en la categoría de bronce, satisfagan las 94 reclamaciones pendientes de abono, por un valor superior a los 660.000. En realidad, los equipos que abrirían un resquicio para cambiar el futuro albinegro, son cuatro, porque el Elche Ilicitano (grupo III) ya bajó por motivos deportivos, lo mismo que el Avilés en el grupo I. Así que los otros clubs que centran la atención son el Murcia (circunstancialmente, en el grupo I), así como Lucena, Cádiz y Cartagena, del grupo IV.

Para que el Castellón tuviese la absoluta prioridad a la hora de opositar a cubrir una vacante, tendría que ser en lugar de otro conjunto de la misma federación territorial que, a priori, no corren peligro. Así que el escenario hacia el que apunta este epílogo del campeonato, entre en el terreno de la completa especulación. Máxime cuando no hay que estar pendientes única y exclusivamente de los impagos, sino de otra circunstancia: la opción, remota, de la renuncia de algún club a su lugar en Segunda División B.

EL OLÍMPIC DE XÀTIVA SIGUE // El caso más cercano, del que el albinegrismo está más pendiente, es del Olímpic. El conjunto de Xàtiva nombró ayer a Kike Alcázar como nuevo presidente --era el único candidato--, quien dijo en la asamblea del club que hoy abonarían los 32.000 € en nóminas.

La entidad setabense celebró anoche una asamblea extraordinaria entre sus socios, quienes aprobaron la llegada de Alcázar, que será el encargado de dar viabilidad a la entidad. La nebulosa que rodeaba al club parece esclarecerse y la posibilidad de renunciar a la plaza en la categoría parece haberse esfumado.

No es algo excepcional, porque otros equipos, incluso algunos de los que todavía están saboreando las mieles del ascenso a Segunda B (entre los señalados, el Peña Sport navarro, el Llosetense balear, el Jumilla murciano…).

No conviene hacerse demasiadas ilusiones. La víspera del final de la temporada apunta a hecatombe, a descenso generalizado de varios equipos (ya sea por impagos o por la vía de la abdicación), pero, a la hora de la verdad, los casos son con cuentagotas.

Hay que recordar que, además, la situación concursal en la que está el Castellón le hace perder enteros pese a su condición de campeón de grupo sin la recompensa del ascenso. Eso por no hablar del aval de 400.000 euros que debería presentar porque cayó a Tercera administrativamente, por el coste de la plaza (hace un año fue de 2650.000 euros y hace dos, de 300.000), tendría que saldar lo que quede de la deuda de 295.000 euros con los jugadores que, en verano del 2011, motivó la caída a esta categoría de la que tanto le ha costado salir… H