Al Zaragoza le queda la honrilla y poco más. Porque incluso ganando este mediodía al Villarreal, estará aún a nueve puntos de los amarillos y, en consecuencia, de la salvación. De ahí las declaraciones de ayer de su entrenador, Manolo Jiménez, recogiendo el deseo de una afición maltratada, solamente pide que “no arrastremos la camiseta”.

“Mi intención es no engañar a nadie y no vender humo, sino trabajar. Con eso encaro cada partido. Tenemos la obligación de intentar ganar al Villarreal. Cada vez recibo más cartas de aficionados pidiéndonos que no arrastremos la camiseta. Si perdemos porque el Villarreal ha sido superior a nosotros, perfecto, pero ante el Málaga nuestro rival no fue superior hasta el minuto 63 y perdimos”, dijo el técnico andaluz. “Hay que apelar al orgullo de la camiseta”, añadió.

Precisamente, Jiménez sostuvo que no empañar la imagen del club es una “obligación”. “Ahora mismo tenemos que afrontar la realidad, porque incluso si ganamos, la salvación continuará estando muy difícil”, manifestó.

NO BAJAR LOS BRAZOS // Después de que Jiménez asegurase, tras el partido de Málaga, que sentía “vergüenza” de cómo había jugado el equipo, ayer aseguró que no tiene que darles su perdón. “Les exijo máxima concentración, disposición y actitud”, esgrimió. “Nos pueden meter siete, pero los brazos nunca hay que bajarlos”, sentenció el preparador andaluz.

Por último, Jiménez no quiso entrar a valorar el comportamiento de la afición, que podría abandonar el estadio en pleno partido por iniciativa de la plataforma Salvemos el Real Zaragoza. “La afición es soberana y hay que respetarla. Quizás necesitemos mucho de ellos, aunque no puedo obligarla ni estoy en disposición de pedirle nada porque, demasiado dan”, opinó. “El día que el Zaragoza esté unido en todos sus estamentos, volverá a ser lo que fue no hace mucho”, rubricó. “Por el bien del Zaragoza, debería ser así, ya que esto no se arregla tirando cada uno por un lado. Yo no soy el nexo”, sentenció. H