Santiago Pedraz, juez de la Audiencia Nacional, ha decidido enviar a prisión incondicional sin fianza a Ángel María Villar, a su hijo Gorka y a Juan Padrón, vicepresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF). También optó por la misma medida en el caso de Ramón Hernández Baussou, secretario de la federación tinerfeña, aunque este podría librarse si abona una fianza de 100.000 €. Los cuatro declararon ayer en la Audiencia Nacional.

El escándalo en las entrañas de la dirección del fútbol español sigue creciendo. De estar acorralado, Villar ha pasado a caer a la lona. Hasta la FIFA y la UEFA le despojarán de su vicepresidencia en ambas entidades tras conocerse el alcance de la operación Soule, que comenzó el martes y ha llevado al mandatario a prisión.

Villar, prestó declaración durante dos horas en la sede judicial, aunque el primero en ponerse delante del magistrado fue su hijo Gorka, por los supuestos delitos de cobro de comisiones ilegales por los amistosos de la selección, administración desleal, apropiación indebida, alzamiento de bienes, estafa y falsedad documental. El presidente de la federación española salió de la Audiencia Nacional con destino al calabozo, al igual que su hijo.

Antes de que declarasen Padrón y Hernández, la fiscalía ya había pedido medidas cautelares para Villar y su hijo. Una medida que acordó el juez en un auto en el que recuerda la gravedad de los delitos, lo que podrían llevar a los encausados a huir de la justicia «máxime ante la gran capacidad económica de la que disponen», según argumenta Pedraz.

En el auto, el juez explica en 44 folios los hechos que se atribuyen a los detenidos y cometidos en el ámbito de la RFEF. Destaca la voluntad de «enriquecerse y favorecer el enriquecimiento de terceros». Entre esos casos figura el presunto cobro de comisiones por los negocios con el Grupo Santa Mónica, tras el cual estaba el fallecido Jesús Sámper, exmiembro de la junta directiva. La resolución del contrato con este grupo, que adeudaba 20 millones de euros, causó un perjuicio a la RFEF de 51.746.071 €. Según Pedraz, al menos desde 2009, Villar creó un entramado que ha permitido la desviación de fondos públicos y privados de la RFEF y organismos afines.