El 3-1 de Anoeta no ha hecho mella en las ilusiones del Villarreal por llegar lejos en la Copa del Rey. Así, por lo menos, lo transmite su entrenador. «Queremos dar la vuelta a la eliminatoria como sea», dejó como declaración de intenciones Fran Escribá tras el último entrenamiento de ayer en la Ciudad Deportiva.

Ni mucho menos pasa por la cabeza del técnico tirar la Copa del Rey, mediatizado por el resultado adverso de la ida y la importancia de mantener un altísimo ritmo en la Liga. «Me encantaría seguir. Es una competición corta y el desgaste no es muy grande. Pero no solo me ilusiona a mí; también al club y a los jugadores», recalca Fran Escribá, que para reforzar su idea de seguir adelante pondrá «el mejor once posible» ante la Real Sociedad sin pensar en el examen que toca el sábado en Riazor, un partido «duro» para intentar recuperar la cuarta plaza en la Liga.

PACIENCIA / A pesar del vigor con el que defiende las opciones del Villarreal para estar en el sorteo de los cuartos de final, Escribá pide a sus jugadores la pausa y la tranquilidad necesaria para llevarse un partido «definitivo». «En la Liga puedes corregir; aquí ya no», sentencia para inculcar en sus jugadores la idea de que esta será una pelea de 90 minutos; no de 15, 30 ó 45. «No es obligatorio marcar pronto o en la primera parte. La diferencia no es tan importante y no hay que buscar la heroica», vía por la que solo apostaría en la recta final. «Entonces, si es necesario, ya tomaremos todos los riesgos del mundo», explica.

Buena parte de las opciones pasaran por no encajar, aunque ni tan siquiera un gol donostiarra en el Estadio de la Cerámica achanta al entrenador. «Tenemos potencial para marcarles tres goles, igual que ellos nos hicieron».