Joan Laporta cree que ha empezado la guerra sucia, pero no se siente promotor de ella. Al contrario, se siente víctima después de que haya rebrotado en los juzgados la demanda de espionaje en la que, supuestamente, el Barça encomendó trabajos a la agencia de detectives Método 3 para seguimientos de personas incluso no vinculadas al club. "Yo quedé absuelto y me quieren vincular a ella tangencialmente", ha recordado Laporta, antes de replicar a la insinuaciones de otras candidaturas. A una en particular.

"La guerra sucia sale siempre del mismo lado, de los que predican la paz y te van metiendo demandas", ha dicho Laporta, aludiendo a la candidatura de Josep Maria Bartomeu. Y a su relación con Sandro Rosell, "porque forman parte del mismo pack". "Son ellos, con sus mentiras y sus decisiones equivocadas, han provocado que el club esté procesado por corrupción y delito fiscal", ha añadido, refiriéndose al caso Neymar.

El expresidente (2003-2010) del Barça ha insistido en apoyarse, como entonces, en la figura de Johan Cruyff, que le ha brindado su firma de apoyo. Entiende que eso le brinda "muchos votos" porque el exentrenador del 'dream team' "es una referencia del barcelonismo". Ha dicho que le consulta decisiones deportivas y de otra índole y considera que se entenderá con Eric Abidal, su futuro secretario técnico. El exdefensa francés mantiene contactos con Paul Pogba para su fichaje por el Barça. Laporta, sin embargo, no está de acuerdo con que la comisión gestora del club, en su gobierno momentáneo durante el proceso electoral, peuda cerrar con la Juventus el traspaso del futbolista.