Es uno de los mejores mediocentros de la Liga española. Si se llamara Bruninho y despuntara en Sao Paulo o Fluminense, por citar a algunos de los grandes de Brasil, los técnicos de media Europa hubieran aconsejado su fichaje y lo presentarían como uno de los astros de futuro que cruzan el charco para triunfar en las ligas del viejo continente. Él se conforma con pasear por las calles de Artana y demostrar su enorme talento en su club de toda la vida: el Villarreal. Se llama Bruno Soriano y ayer recibió sin demasiados sobresaltos la noticia que publicaba Mediterráneo respecto el interés que despierta en la secretaría técnica del Valencia las grandes cualidades del espigado número 21 del Submarino.

Si existe un futbolista plenamente integrado en el club, ese es el brujo de Artana. “No me planteo otra cuestión que no sea el Villarreal. Me siento muy identificado con este proyecto y soy tremendamente feliz en este club. Me levanto cada día por la mañana con la ilusión de jugar en el equipo de mi tierra y para mí es un reto muy importante. ¿Qué puedo pedir más?”, afirmaba con un tono tan tajante como exento de enojo. Cuando se le pregunta por su idea de futuro, no titubea: “Quiero jubilarme en el Villarreal. En este momento no tengo otra idea en la cabeza que ganar el domingo y ayudar a que el equipo salga ya de una vez de la parte baja de la clasificación”.

UN JUGADOR VALORADO // El Villarreal le ofreció un contrato de jugador de primerísimo nivel, en consonancia a su categoría de internacional absoluto. “Estoy muy agradecido a la familia Roig porque siempre confió en mí y me renovó hasta el 2016”, explica.

El brujo de Artana es el jugador más representativo de la cantera amarilla. A pesar de sus 27 años, ya es un veterano en una caseta donde acumula cinco temporadas, más las cuatro en el fútbol base con un corto paréntesis en el Artana. “Es mucho tiempo y espero adelantar en temporadas a Marcos Senna, que es un ejemplo para todos dentro de la caseta. Ojalá pueda superar esos diez años que ya lleva él en el primer equipo”, apunta con admiración.

El seguimiento del Valencia no ha sido el único de un club importante. El Villarreal ya ha dicho no a más de un equipo que ha preguntado por él. Bruno es casi intransferible, salvo una oferta millonaria. “Yo no me entero de esas cosas y mi representante parece que me cuenta poco”, sonríe con una discreción que él se marca a sí mismo como una coordenada básica para no descentrarse. Y cuando se le pregunta sobre si algún día pudiera ser un nuevo Cazorla, responde: “Sería una decisión del Villarreal, yo repito que soy muy feliz en mi club”.

HACE AUTOCRÍTICA // La derrota en Mallorca ha dejado un cierto de aire de pesimismo, cuando ya parecía que se había superado el bache: “No merecimos una derrota tan contundente, pero se nos marchó el partido en jugadas puntuales y no supimos reaccionar. La actitud del equipo fue buena pero es posible que nos faltara un poco más de intensidad”.

Bruno es consciente de que el fútbol vive de los estados de ánimo y asegura que una victoria ante el Athletic devolvería la confianza. “Es un partido muy complicado y por ello espero que la afición nos apoye al máximo. En casa somos un equipo diferente y nuestro objetivo tiene que ser hacer lo mismo fuera. Los números están ahí y señalan que algo falla cuando solo hemos ganado en Sevilla”, reflexiona el futbolista.

Bruno desdramatiza la derrota de Mallorca: “Hemos mejorado mucho. Si ganamos al Athletic, todo se verá de otra forma”. Y parece que para disfrutar con el fútbol de Bruno… habrá que seguir acudiendo al Madrigal. En Mestalla, solo una vez al año. H