El destino suele jugar con uno y, por ello, suele tener connotaciones negativas. Que se lo digan a Antonio Martínez, que el domingo vivió todo lo que te puede quitar y dar el fútbol. De regreso a la titularidad, remató una y otra vez sin acierto sobre la portería del Elche B... hasta que en el descuento anotó un gol redentor, no solo en lo personal, para obrar una de las remontadas más increíbles que el albinegrismo recuerda.

Con todo, el delantero murciano, que disputaba su sexto encuentro como albinegro (todos ellos como titular), no estaba de pasando de puntillas por la Ciudad Deportiva Díez Iborra. El delantero que arrancó el campeonato con el Crevillente, próximo equipo en desfilar por Castalia, ya había participado en los dos tantos que pusieron los cimientos de que el partido pasara del 2-0 al 2-3. Primero, con su firme cabezazo al larguero, a centro de Rubén Fonte, que Guille Vázquez, emulando a cualquier 9, remachó a la red para, en el minuto 74, devolver a la vida al Castellón.

Después, su valiosa prolongación, también con la testa, dejó perfilado a Charly Meseguer para que el vila-realense soltara un latigazo al que José Carlos no supo responder. Empate en el 91... y lo mejor estaba aún por llegar.

Con el partido desatado, Pruden Sáez se olvidó de la cojera que arrastraba desde hacía un buen rato y se internó por la izquierda. Fonte entendió que Antonio, unos metros por detrás, estaba en mejor disposición para rematar, así que no hizo ni intención de ir a por la pelota para que el murciano la controlase de tal forma, que solo tenía que disparar ante un guardameta ya entregado para ese 2-3. Premio para el equipo y premio también para él, puesto que su aportación, desde su llegada, había sido discreta.

FICHAJE DE URGENCIA // Las lesiones gemelas de Fonte y Gaizka Saizar obligaron a la secretaría técnica a fichar un delantero por obligación. Buscaron, además, un perfil de atacante distinto, un prototipo de 9. Antonio, que había disputado las seis primeras jornadas con el Crevillente, se enroló en la disciplina albinegra, debutando a los escasos días de llegar (lo hizo en Alzira).

Lo jugó todo en los estertores de la etapa de Ramón María Calderé (pleno de minutos frente a Villarreal C, Muro y Novelda). Incluso Kiko Ramírez le dio continuidad en su estreno como entrenador, aunque le sustituyó a la hora de partido en Torrevieja. Sorprendentemente, pasó a ser suplente y a presenciar la derrota frente al Orihuela, donde militó la pasada campaña, en el banquillo, pero Ramírez recurrió de nuevo a Antonio en tierras ilicitanas.

509 MINUTOS // Autor de un gol en este ejercicio con el Crevillente (curiosamente, frente al Villarreal C, en la segunda jornada), Antonio paró su sequía realizadora como albinegro en 509, aunque ya arrastraba otros 399. H