Tras 10 inacabables meses de negociaciones, Peter Lim es el nuevo dueño del Valencia, tras el anuncio hecho oficial cerca de la pasada medianoche. Desembolsará 94 millones por el 70,06% de las acciones, hasta ahora en manos de la Fundación Valencia CF, que debía esa cantidad a Bankia, principal acreedor del club. El magnate de Singapur de 61 años abonará 22 millones en líquido y los restantes 72, a través de un préstamo de la propia Bankia, a devolver en cuatro años. Pago que desvincula a la Generalitat de la deuda, avalada en su día por el expresidente Francisco Camps.

Entre los acuerdos de la operación, destaca la refinanciación de los 230 millones adeudados por el club a Bankia, pagaderos en 15 años a un interés del 1,5% en los cuatro primeros y del euríbor más 3% en el resto. Son las condiciones establecidas para un préstamo de Lim al Valencia de 100 kilos, para cuadrar las cuentas del ejercicio y hacer algún fichaje.

En el acuerdo con Bankia, el Valencia tendrá un límite de endeudamiento de 500 millones, la suma de los 230 a devolver al banco, los 100 al nuevo dueño y otros 150 para acabar el futuro estadio, a medio construir por falta de financiación desde 2009. Para terminarlo, el club cuenta con vender las parcelas del actual Mestalla por 200 kilos. Lim ha prometido que, en caso de vender también el futuro campo, el dinero obtenido se quedará en la entidad. Además, el empresario asiático podrá comprar y vender futbolistas a través del fondo de inversión que comparte con el agente luso Jorge Mendes (el centrocampista André Gomes y el delantero Rodrigo son suyos, por ejemplo), pero siempre que esté al día de sus pagos con Bankia.

TRAYECTORIA // Hijo de un vendedor de pescado, Lim estudió contabilidad en Australia y ejerció de agente de bolsa antes de convertirse en inversor en sectores de todo tipo: alimentario, médico, inmobiliario y deportivo. En 2010, la revista Forbes lo situó como la octava fortuna de Singapur. Hoy ya se sentará en el palco de Mestalla junto al presidente, Amadeo Salvo. Lo hará para ser aclamado por una afición que lo considera el salvador del club. H