Pere Gran es el gerente de Catgas Energia, así denominado, por cuestiones de patrocinio, el principal equipo de fútbol sala de Santa Coloma de Gramenet, el FS García. Desde esta temporada el color amarillo se ha convertido en el dominante del equipo. Gran no esconde su ideología, según personas que lo conocen, y defiende la libertad de los "presos políticos". Sin embargo, y a su entender, al menos por lo escrito en las redes sociales, al ayuntamiento de la ciudad, no le ha hecho mucha gracia el color y ha solicitado que se retire la publicidad mientras vaya vestida de amarillo.

Si se entra en la página web de Catgas Energia se observa que el logo de la empresa no refleja el amarillo por lo que se atribuye a Gran que el equipo de fútbol sala haya escogido esta temporada el color que se alinea a una ideología en concreto con la que no comulga el ayuntamiento de la ciudad, cuya alcaldesa Núria Parlón es una de las principales dirigentes del PSC. Por si fuera poco, el concejal de deportes es Dani Salgado, que hasta la temporada pasada era jugador del equipo y a quien el club decidió no renovar.

El tuit de la polémica

Hasta aquí todo muy normal. Y estalla la polémica cuando Pere Gran escribe un tuit contra el consistorio. "Parece que el ayuntamiento quiere prohíbir la publicidad de Catgas Energia con el color amarillo de fondo por orden del concejal de deportes (PSOE)". Salgado, en todo caso del PSC y no del PSOE, ha sido acusado por Gran, en declaraciones a RAC 1 de ser el responsable "de una persecución al club desde que lo despedimos".

"Si hubiese una ley que prohibiese el color amarillo lo cambiaríamos. Pero sacarlo porque sí es una aberración. Si nos obligan a hacerlo peligra el patrocinio. Amarillo será el color también la próxima temporada. Hemos puesto este color para dar una nueva imagen pero también porque estamos muy ofendidos con lo que están haciendo con los presos políticos".

Según Gran están a la espera de una respuesta a la carta que se le ha remitido al ayuntamiento. El martes Salgado prefirió eludir la polémica de forma pública.