El Villarreal B volvió a llevarse un disgusto por segunda jornada consecutiva, siendo esta vez el Lleida Esportiu su verdugo. Los lleidatans maniataron el fútbol fluido del Mini Submarino con orden y lucha, y cuando el pitido final del árbitro se hacía inminente consiguieron llevarse el gato al agua con un discutido penalti por mano de Juan ‘Ibiza’. Miki Muñoz se encargó de transformar la pena máxima.

La primera mitad comenzó con el filial amarillo intenso, jugando rápido el balón y buscando la verticalidad. A partir del cuarto de hora los visitantes comenzaron a ganar peso en el centro del campo. Con lucha y entrega como señas personales igualaron la contienda. La posesión seguía en pies del filial groguet, aunque en menor porcentaje que en el inicio.

El cuadro de la Terra Ferma se quitó los complejos de encima y extendió la lucha al campo contrario, logrando peligro, sobre todo, en saques de esquina. Precisamente en un córner llegó la jugada más peligrosa de la primera parte. El centrocampista visitante, Albisua, remató al larguero un balón perdido que nadie consiguió despejar. Con poco más destacable se llegó al descanso.

Tras la reanudación, el cuadro local siguió manejando la pelota con paciencia para abrir alguna brecha en la red tejida por los visitantes. Por su parte, el Lleida aumentó su apuesta por el orden y la lucha para asfixiar al talento atacante del filial del Villarreal. A los locales les costó trenzar alguna jugada de peligro que acabara en remate e intervención del arquero rival, Álvaro Campos.

Transcurridos los cinco primeros minutos del segundo tiempo aconteció la jugada más clara de peligro, de nuevo para la escuadra catalana. Esta vez fue Noel el que llevó el sobresalto a la grada local cuando remató a bocajarro desde dentro del área para que el cancerbero amarillo, Ander Cantero, se luciera con una gran estirada. Los minutos fueron pasando en el luminoso mientras que los contendientes se controlaban con respeto y orden táctico. El juego se concentró en la medular en una batalla igualada.

¿MANO DE ‘IBIZA’? // Llegando al final, todos los asistentes firmaban ya unas tablas que de poco servían a uno y otro equipo en sus aspiraciones de alcanzar la promoción. Y entonces llegó la sorpresa. En una internada final por banda izquierda del ataque ilerdense culminado en un centro al área que, el central Juan ‘Ibiza’ interceptó con el brazo, el árbitro dictaminó penalti. Tras unas airadas protestas, saldadas con tarjetas amarillas para Cantalapiedra y Miguelón, Miki Muñoz se encargó de transformar la pena máxima y llevar la alegría al conjunto visitante. El partido acabó aquí, con tres puntos que vuelan hacia Lleida, y un filial amarillo ya con pocas opciones de play-off.