El Real Madrid puso pie y medio en los octavos de final de la Liga de Campeones al arrollar al Liverpool por 0-3 en Anfield, un escenario del que solo conservaba el recuerdo amargo de la derrota de 2009 y que, desde ahora, recordará por su victoria más amplia lograda jamás en Inglaterra.

Cristiano Ronaldo abrió el marcador a los 23 minutos con su gol número 70 en la Champions, el primero que marca en el legendario estadio inglés, que se le resistió durante su etapa en el Manchester United, mientras que Benzema sentenció el duelo con un doblete antes del descanso.

A tres días del clásico ante el Barcelona en la Liga, los blancos, que lideran el Grupo G europeo en solitario con tres victorias en tres encuentros, se dieron un baño de confianza ante unos reds que hicieron aguas tanto en ataque como en defensa.

El técnico, Carlo Ancelotti, no dibujó más variaciones en su once inicial que las obligadas ante las ausencias por lesión de Bale y Sergio Ramos.

Varane y Pepe tenían la misión de defender por el centro los embates del italiano Mario Balotelli, la principal estrella del ataque del Liverpool, que no logra integrarse en el conjunto inglés tras su llegada desde el Milan este verano y que ayer se fue al banquillo después de 45 minutos en los que se mostró inoperante.

Los centrales del Real Madrid estaban secundados por Marcelo, por la izquierda, y Arbeloa, que protegía la banda derecha en la que fue su casa tres temporadas.

Cuando los hinchas del Liverpool entonaban el You’ll Never Walk Alone antes del choque, planeaba sobre Anfield el fantasma del 4-0 que se llevaron los blancos hace cinco años. Pero la decoración cambió por completo. H