El Madrigal debe volver a ser clave para el Villarreal en este inicio del 2014. El equipo de Marcelino no ha visto recompensada su condición de local con una victoria desde el último derbi autonómico, en el que el Submarino arrolló al Valencia con una exhibición de eficacia ofensiva (4-1). Desde entonces han pasado dos meses y medio en los que los amarillos no han vuelto a conocer la sensación de celebrar una victoria ante su afición.

Ahora, más que nunca, el Villarreal necesita que cambie esa tónica y el Madrigal vuelva a ser el estadio fiable que fue en la primera parte de la presente temporada, en la que ni siquiera el Real Madrid fue capaz de marcharse con los tres puntos del feudo amarillo (2-2). Los de Marcelino tienen mucho en juego en los próximos tres encuentros consecutivos, todos ellos en su estadio. Entre el lunes y el domingo --con las visitas de la Real Sociedad y el Almería--, el Submarino tiene la misión no solo de consolidar su actual plaza de Europa League, sino de sobrepasar a los donostiarras y esperar el error del Athletic para volver a asaltar los puestos de Champions. Entre medio, el jueves repetirán enfrentamiento ante la Real para intentar certificar el pase a los cuartos de final del torneo del KO (0-0 en la ida), que en el presente ejercicio representa la gran ilusión de poder llegar a la primera gran final en la historia del club; por lo menos, de superar el inminente escollo txuri urdin, las semifinales aparecerían como un reto bastante asequible, ante el vencedor de la eliminatoria entre el Almería y el Racing de Santander.

Todo pasa por superar una mala racha que ya comprende cinco partidos, cuatro de Liga y uno de Copa del Rey. Los resultados esquivos para los amarillos en casa se iniciaron con el inesperado tropiezo ante el Getafe (0-2), decepción que fue inmediatamente compensada con un meritorio empate (1-1) ante el Atlético, el equipo se ha colado entre Barça y Madrid en la lucha por el título de Liga. Esa igualada con cierto sabor a victoria volvió a repetirse ante el Málaga en un choque al que solo le sobró el tiempo de prolongación. Posteriormente, fue el Elche, en la Copa, el que acrecentó las dudas en el Madrigal de un Submarino que cerró el 2013 con una nueva decepción ante su parroquia con el 1-2 contra el Sevilla.

El lunes será la primera oportunidad para que el Villarreal dé la razón a su técnico, que únicamente atribuye a errores --eso sí, “de bulto”-- puntuales los tropiezos en su estadio. El Madrigal tendrá a partir del lunes siete días por delante para desterrar el gafe que parece haberse instalado en su terreno de juego. H