Jugar en siete días tres partidos en el mismo campo y solucionarlos todos con victoria no es fácil. Es verdad que jugabas como local y que los rivales (Athletic, Getafe y Levante) estaban en una situación crítica. Pero quizá por eso y por el planteamiento correcto y defensivo de los tres podía ser más complicado vencer.

Realidad es que el Villarreal no ha hecho sus mejores partidos y que era fácil caer en el soporífero planteamiento del rival, pero aún así la brillante eficacia amarilla acabó superando a la pizarra defensiva de los adversarios. Desde principio de temporada, los de Marcelino nos habían acostumbrado a jugar mejor fuera de casa, con velocidad, sorpresa y un contraataque letal.

Este hat-trick de victorias en casa ha demostrado que si el partido pide pausa, o el duelo se convierte en rocoso y aburrido, siempre hay mentes y genialidades para convertirlo en divertido. Se trata de sumar y seguir antes de empezar otra semana, cada una más importante que la anterior, con números que ampliar y objetivos que cerrar... Como decía un tuit de Ruben Uría: “Por cierto... 17. #Endavant”. H