Más distendido y dialogante, hablando de fútbol ante todo. Así es el nuevo Manu Calleja, que ha rebajado ostensiblemente el elevado tono de sus primeras ruedas de prensa en Castalia, capaz de responder a cuestiones deportivas y extradeportivas sin que se le saque de sus casillas. Los resultados, como a su predecesor, están de su parte.

Sin embargo, a su alrededor se sigue hablando de la ampliación de capital, de juicios, de lo que hace o deja de hacer su presidente... «Ya dije que venía a aislar de todo lo ajeno al equipo. En el vestuario solo se habla de fútbol. Mi obligación es blindar al vestuario para que piense solo en fútbol; en lo otro, ni soy gestor ni gerente ni nada...», reflejó. «Sé que el club está en una situación muy compleja en la que están ocurriendo muchas cosas, pero no puedo juzgar», agregó el técnico orellut.

Él también se ve afectado por uno de los muchos frentes abiertos: sigue dirigiendo desde la grada. «Los entrenadores tienen que estar en su hábitat, que es el banquillo. Se tiene que resolver ya de manera inmediata, por mi bien y por el de Frank», destacó.

En cuanto a resultados, lo cierto es que el comportamiento es irreprochable: camino de los 23 partidos sin perder. «Es mérito también de la etapa anterior, pero no me obsesiona. Quiero trabajar cada partido como si fuera el último, pero sé que algún día perderemos. Creo aquel Castellón de las 30 jornadas sin perder [en referencia la temporada 2002/2003], al final no consiguió el ascenso», comparó. «No es anecdótico y dice mucho de esta plantilla», reivindicó Calleja.

Ya en cuanto a aspectos meramente deportivos, afirmó que «los más beneficiados con mi llegada son los delanteros, porque siempre jugamos con dos y, por eso, aquello de tener a cuatro en la plantilla». «A Yagüe lo hemos recuperado para la causa: se le ve alegre, participativo... ya aportaba trabajo y, ahora, también goles», personificó en el catalán.