La actual, pese a lo que pudiera parecer por la privilegiada posición del conjunto amarillo en zona europea, no está siendo una temporada precisamente plácida para el entrenador del Submarino, Marcelino, que ha tenido que ir cambiando sobre la marcha los planes iniciales con los que comenzó esta temporada el regreso del Villarreal a la máxima categoría. Las dificultades se han hecho más patentes en esta segunda parte de la Liga, en la que los problemas de bajas --por inoportunas lesiones o sanciones-- han obligado al preparador asturiano a sofocar muchos incendios para evitar que el equipo no se quemara en su pelea, primero, por asegurar la permanencia y, después, para rubricar este retorno entre los 20 mejores equipos de Primera con una plaza europea que, a cinco jornadas para el final, los amarillos ya tocan con los dedos.

Evidentemente, cada actuación del entrenador ante la adversidad ha ido variando la fisonomía del equipo, que por momentos acusó las heridas de guerra que ha ido dejando la Liga con malos resultados que fueron disminuyendo el colchón de seguridad conseguido por el Submarino en la primera vuelta, circunstancia a la que también se han añadido en más de un partido las controvertidas decisiones arbitrales, un tema que Marcelino también ha intentado frenar --o por lo menos denunciar--, pero en este caso su lucha ha parecido caer en saco roto a tenor de los muchos puntos que se han escapado últimamente por errores graves de los colegiados.

Más o menos, Marcelino ha ido solucionando sobre la marcha todos los inconvenientes. El técnico ha tenido que echar mano de toda la profundidad de su plantilla, sin guardar nada, como lo demuestra el hecho de que el Villarreal no haya podido repetir ni una sola alineación en toda la segunda vuelta.

Esta alternancia en los onces ha servido para recuperar a futbolistas desaparecidos en la primera parte de la Liga y que han conseguido adaptarse a lo largo de esta segunda vuelta para minimizar bajas de hombres tan importantes como Cani, Chechu Dorado, Musacchio, Giovani, Uche…

APOYO INCONDICIONAL // Marcelino tampoco ha dudado en exteriorizar sus ideas a la hora de enganchar de nuevo a una grada a la que siempre ha calificado como decisiva, criticando abiertamente durante algunos partidos --las cámaras le captaron durante el duelo ante el Elche recriminando la actitud crítica de un sector de la tribuna-- la falta de respaldo. El entrenador del Submarino tuvo respuesta en el último encuentro de los amarillos, con una afición que mantuvo el apoyo hasta los últimos instantes y que explotó de júbilo tras la diana de Perbet.

A Marcelino ya le quedan pocos fuegos por apagar esta temporada. A cinco partidos del final, el éxito de volver a Europa por la puerta grande está a un paso. H