Marcelino acabó el partido contrariado. El técnico asturiano no encontraba una explicación lógica a lo ocurrido sobre el terreno de juego del Ramón Sánchez Pizjuán. “El fútbol tiene estas cosas. Nos vamos para casa con cara de tontos. El final ha sido bastante triste. Este resultado ha sido inmerecido. Hicimos 88 minutos extraordinarios y al final no los hemos transformado en un resultado positivo”, analizó el preparador amarillo.

Para el entrenador asturiano, lo que le pasó al equipo ayer ante el Sevilla ya le había ocurrido en otras ocasiones a lo largo de la presente temporada: “Estuvimos muy bien. Contra el Madrid y el Barça nos pasó algo parecido y perdimos. Estamos cerca de los grandes equipos, pero en algunas de las facetas del juego debemos mejorar. A lo largo de la competición seguro que lo haremos”.

Eso sí, Marcelino también quiso denunciar la alarmante permisividad del árbitro con algunos jugadores del Sevilla: “Los dos pivotes del Sevilla nos dieron palos por todos sitios y el árbitro se lo permitió. Así es más fácil defender, pero aún así creo que jugamos muy bien. Es una pena que dos errores puntuales nos hayan llevado a una derrota inmerecida. Esto nos debe servir para saber que los partidos acaban cuando pita el árbitro y no antes”.

POSITIVISMO // Marcelino quiso ser positivo a la hora de valorar lo ocurrido sobre el césped sevillista: “Me quedo con lo hecho ante un equipo que es colíder y en un campo difícil, en el que se ha competido al máximo nivel, pero los partidos acaban cuando pita el árbitro y en el minuto 88 creímos que había acabado o queríamos que se acabara”.

Sobre la jugada del penalti del mexicano Giovani dos Santos sobre Tremoulinas que propició el 2-1, el técnico asturiano aseveró que no la vio pero que estaba “enfadado porque es inexplicable que el Sevilla levante en el tramo final un partido en el que el equipo había rayado casi la perfección”. Es el momento de pasar página cuanto antes y pensar desde ya en el derbi contra el Valencia en El Madrigal. H