He visto que estaba muy cerca, no sabía si el portero iba a golpear arriba o no, y cuando he visto que ha controlado el balón, he pensado ‘Esta es la mía’, y ahí hay que ir con todo». Son las palabras de Mario González (Burgos, 25 de febrero de 1996) narrando la jugada del primero de los cuatro goles que el Mini Submarino le endosó al Llagostera-Costa Brava el sábado en Miralcamp. Y Mario participó en todos. El primero, tras un fallo garrafal del meta visitante que aprovechó el felino delantero para abrir la lata del filial amarillo; en el segundo, asistiendo al pichichi amarillo, Carlos Martínez; en el tercero, provocando la acción del penalti que señaló el colegiado y que Martínez transformó en gol; y en el cuarto y último, con un autopase de cabeza y un potente disparo imparable que terminó en el fondo de la red de la abultada victoria de los pupilos de Paco López.

«Creo que el otro día perdimos injustamente en Sabadell, un partido que teníamos que haber ganado si no hubiera pasado nada raro. Era muy importante ganar, conseguir tres puntos, y creo que lo hemos hecho de una manera muy solvente», cuenta el delantero del Villarreal B, que a finales de mes cumplirá 21 años.

Mario González, al igual que el Mini Submarino, atraviesa ahora el mejor momento de la temporada. La buena racha de los Carlos (Martínez y López) le habían dejado, hasta ahora, en un segundo plano, tanto como que esta perla de la Cantera Grogueta (internacional con la Selección sub-17 y campeón de España sub-18 y sub-19) haya estado a caballo entre el filial y el primer equipo.

DEBUT EN PRIMERA // Que el futuro de Mario es prometedor no es novedad. Fran Escribá le dio sus primeros minutos en el encuentro de ida ante el Mónaco de la fase previa de la Champions. Después participó de la victoria amarilla en Toledo de Copa del Rey y, en Riazor, disputó sus primeros 22 minutos en Primera División sustituyendo a Santos Borré.