Ángel Navarro Navarro. Apunten este nombre, porque él se suma a la lista negra de arbitrajes sufridos por el Castellón, ya no solo en su oscura y prolongada etapa reciente en Tercera, sino en su casi centenaria historia. El alicantino, debutante en Tercera (vaya designación, para un duelo entre el segundo y el cuarto), masacró a los albinegros, dejándolos con ocho en Los Arcos (2-0). Bastante hicieron los orelluts con mantener el tipo y, en los últimos compases, incluso encerraron al Orihuela en su área, aunque con la tercera expulsión, en el alargue, éste ya lo tuvo todo de cara para hacer el segundo tanto que, incluso, complica un hipotético golaveraje particular.

UN 1-0 MADRUGADOR // Aunque Pedra fue el primero en pisar área, los locales castigaron la tibia salida del Castellón en Los Arcos. El exalbinegro Antonio, que recibía un homenaje por haber alcanzado 100 partidos con el Orihuela, decantó pronto la balanza. El melenudo Nico, auténtica pesadilla, generó la jugada con la que el murciano, con un golpeo colocado desde fuera del área, superó a Zagalá en el minuto 13.

Ni en inferioridad numérica espabiló el Castellón, que tuvo que esperar a otra adversidad para reponerse. El árbitro, a instancias de su auxiliar, echó a Enrique por un rifirrafe con Nico (min. 27). El balón estaba a 30 metros, tanta distancia como la del auxiliar a la polémica acción. Tras el paradón de Zagalá al omnipresente Nico, Arturo hizo lucirse a Emilio, en los buenos minutos con los que los orelluts despidieron el primer tiempo, no sin antes padecer otra expulsión, la de Escobar. ¿Su delito? Aplaudir irónicamente una decisión del trencilla.

Aún con tanta adversidad, el Castellón no se descompuso. La reacción fue encomiable, porque debía marcar a un equipo que tiene al portero menos goleado del grupo, que había encadenado siete victorias en casa (solo dos tantos encajados), que iba ganando y que estaba con superioridad numérica. Bien plantado, no sufría por un 2-0 que lo hubiese sentenciado todo, aunque sus aproximaciones tampoco le alcanzaban para poner en aprietos el 1-0.

Mediado el segundo acto, Navarro Navarro seguía repartiendo tarjetas (y no navideñas, precisamente) a los orelluts, mientras el casillero de amonestaciones permanecía inmaculado para los locales. Marenyà, por acumulación, se iba a la ducha (min. 68). Calentito, además. Para más inri, al poco, una acción similar a la que le había costado la roja a Enrique, pero cometida por Iván (¡quién, si no!), se saldaba... con nada.

CON NUEVE... Y CON OCHO // El Castellón, hasta con nueve, mantuvo el tipo. Y llegó a donde pretendía, a diez minutos del final a un solo gol del milagro. Los de Héctor Mohedo (porque, recuerden, Escobar ya estaba en la grada) encerraron al Orihuela en su área, pero les faltó ese puntito para, cuanto menos, haber tenido una oportunidad redentora.

Cuando, incluso, ya se habían superado los cuatro minutos de descuento dados inicialmente, Navarro Navarro dejaba con ocho al Castellón: Kike Ferreres era, ahora, el perjudicado. Con tres jugadores más, José Carlos remató a placer para el 2-0.

La primera derrota de Escobar, el primer traspié a domicilio del Castellón, sale tremendamente cara para el miércoles y deja las dos primeras plazas a siete puntos, a un partido de llegar al ecuador de la competición regular.