Prohibido fallar y detenerse a pensar en el peso psicológico de las dos derrotas consecutivas, una en Liga y otra en Copa. No hay margen de error para el Madrid si quiere conservar un liderato que acechan Sevilla, a un punto de los blancos, y Barcelona, a dos. La visita del Málaga este sábado (16.15 h. beIN), un equipo que nunca ha ganado en el Bernabéu y que acumula tres derrotas consecutivas, tiene varios objetivos: lograr los tres puntos y convertirse en campeón de invierno y serenar los ánimos en un equipo atormentado al que Zidane intenta rescatar. «No estoy preocupado ni me voy a volver loco porque esto lo vamos a cambiar», afirmó el técnico francés

El Madrid se juega disipar sus temores o entrar de lleno en una crisis de juego y resultados. El público del Bernabéu espera una reacción del equipo para olvidar la derrota liguera en Sevilla y el palo copero ante el Celta. Una presión que Zidane admite, pese a que tiene muy clara la línea que va a mantener su equipo pese a los dos pinchazos. «No vamos a cambiar la idea que tenemos. Solo hace falta ponerla sobre el campo. Esto lo vamos a dejar atrás con convicción», ha apuntado el entrenador del Madrid.

A la hora de rebajar la tensión del vestuario, Zidane ha llegado incluso a dar marcha atrás sobre su análisis tras la derrota ante el Celta. Dijo entonces que la primera parte «fue rara» y que su equipo no entró bien. «Dije eso y no es así. No creo que juguemos peor. El único fallo nuestro es que el rival tuvo dos ocasiones y las metió», afirmó Zidane, posiblemente forzado a ofrecer otra versión. El técnico francés ha admitido que la presión siempre existe «pero no le tengo miedo».