3UN PUNTO es más que cero, pero menos que tres. Seguramente al Espanyol le supo a poco el empate al final de los primeros 45 minu- tos, porque había sido mejor que su rival. Luego, a la conclusión del encuentro, los amarillos tenían argumentos para sentirse insatisfechos porque habían estado más cerca de la victoria que los futbolistas locales.

3LAS BAJAS han menguando la calidad, pero no tienen por qué repercutir en la actitud y agresividad. Durante todo el primer tiempo Romaric no fue incomodado por nadie, y se hizo eje de los locales que, en general, ganaban todos los balones divididos y los rechaces porque parecía que ponían muchas más ganas a la hora de ir a buscarlos.

3ALGÚN TÍMIDO intento de progresión del Villarreal quedó en nada. Sus líneas de pase estuvieron muy separadas. Sufre mucho para poder producir fútbol de mitad campo hacia delante. Tampoco el Espanyol creó grandes sobresaltos, pero sí que se manifestó más amenazante y algo mejor asociado en la circulación del balón.

3EL CASO de De Guzmán ya es más que preocupante. Lo veo ausente, sin actitud, trotando por el campo sin molestar lo más mínimo a los rivales que pasan por su lado. Con balón toma las peores decisiones. Si hay opción de pase clara por fuera, se mete en el embudo, si la tiene que pasar por delante al compañero, la da por detrás. Una imagen de absentismo alarmante.

3NO ES QUE EL ESPANYOL fuera un conjunto netamente dominador en el primer acto, pero sí que jugó más que el Villarreal y su fútbol fue más colectivo y participativo. El Submarino echa de menos las combinaciones y la zona ancha se ha convertido en un espacio donde hay demasiadas conducciones o balones largos ante los que el solitario punta siempre se encuentra en clara inferioridad.

3EL DESCANSO trajo un Villarreal que poco a poco fue ganando en intensidad y volumen de juego. Borja Valero pasó a jugar en la mediapunta y su equipo encontró el toque en tres cuartos de campo. Jugó más junto en campo contrario y tuvo más balón y tres muy buenas ocasiones para haberse puesto por delante en el marcador del coqueto estadio catalán de Cornellà-El Prat.

3HERNÁN PÉREZ convirtió el defecto de individualismo de la primera parte en virtud, y tuvo mucho más desborde. Lástima que por el otro costado ni Catalá ni Joan Oriol consiguieran generar profundidad. La casta y la actitud -ya sin De Guzmán sobre el terreno de juego- dieron otro aire al equipo y otra imagen mucho más acorde con la exigencia de las actuales circunstancias.

3A FALTA DE REFERENTES en cuanto a talento, Musacchio fue el que mejor interpretó el espíritu al que hay que agarrarse. Serio, contundente y aguerrido en todas sus acciones. ¿Y el Espanyol? Pues de más a menos. Llegó en acciones por banda pero nunca encontró los centros ventajosos para sus atacantes. Ambos equipos demostraron que no andan muy bien relacionados con el gol. No hubo grandes paradas de los dos porteros del encuentro.

3EL CONJUNTO catalán perdió casi todas sus opciones por una clara irresponsabilidad de Forlín, que se autoexpulsó. Al margen de algún error, creo que el colegiado Fernández Borbalán estuvo entero y nunca se dejó influir por el ambiente. Las tablas en el marcador hicieron justicia pero tal vez hubiera sido más ambicioso el meter a Joselu arriba una vez el Espanyol se quedó con 10. Lo que parece claro es que cuesta un mundo ganar a domicilio. H