El Villarreal se sumó anoche al homenaje a Andoni Iraola, capitán del Athletic, que deja el conjunto bilbaíno en el que fue su partido número 509 con la elástica rojiblanca. Sin nada en juego y con los deberes hechos era muy difícil que el Submarino se enganchara a un partido en el que su oponente se jugaba sellar el billete europeo, como así hizo.

El resultado (4-0) fue más abultado de lo ofrecido por unos y otros, ya que ni los locales lo hicieron tan bien ni los groguets tan mal. El conjunto de Marcelino no acudió de turismo a Bilbao, pero la inercia local, la necesidad de ganar y la presión ambiental ayudaron a que por momentos, los amarillos se desconectaran, una circunstancia que terminó pagando cara el Villarreal.

ARREÓN Y TRES GOLES // Marcelino, con un equipo plagado de bajas y con cinco jugadores de la cantera --incluso del Villarreal C, como el juvenil Aleix García-- en la citación, planteó el encuentro consciente de que el Athletic iba a presionar mucho la salida del juego amarillo. Bruno y Trigueros controlaron en un principio las acometidas rojiblancas. Pero en el minuto 25 la situación cambió de forma radical y el Submarino se vino abajo. En una acción fortuita en el área, el colegiado decretó penalti en un resbalón de Jokic que acabó derribando a Aduriz, que convirtió el 1-0.

Sin tiempo para reaccionar, el propio Aduriz fabricó junto a Iralola el 2-0. El homenajeado superó a Juan Carlos de vaselina.

La pájara amarilla se postergó unos minutos más, hasta el 36, cuando tras una falta más que dudosa señalada por Prieto Iglesias Beñat anotaba de tiro libre el 3-0, dejando al Submarino hundido antes del descanso. Eso sí, Gerard y Mario pudieron acortar distancias, pero Iago Herrerín estuvo sensacional a bocajarro.

GUIÓN SIMILAR // A la salida de los vestuarios, Marcelino no movió ficha, consciente de que era muy complicado remontar un partido que tampoco tenía ningún interés deportivo para los amarillos. El Villarreal tuvo más posesión, con un Athletic que, pese al abultado tanteador, siguió buscando el marco de Juan Carlos con bastante intensidad. Tanto Williams como Aduriz fueron un incordio mientras los bilbaínos estuvieron enchufados. Y la insistencia dio sus frutos. Tras dos avisos, nuevamente Aduriz se sacó de la chistera un golazo desde el borde del área, batiendo a un meta amarillo que ayer se desesperó ante la pasividad de sus compañeros. Un 4-0 que llegaba a la hora de partido, dejando media hora para el disfrute de la afición rojiblanca y para el suplicio groguet.

El técnico del Submarino introdujo a Moi y luego premió a varios de los canteranos convocados, como Sergio Marcos y, en especial, el juvenil Aleix, que debutó en Primera con 17 años. El partido no dio para mucho en el plano del Villarreal, pero al menos queda refrendado que el fútbol base sigue funcionando a pleno rendimiento. Los amarillos recibieron demasiado castigo en un encuentro que se convirtió en la fiesta del Athletic y en el homenaje a un grande de nuestro fútbol, Andoni Iraola. H