Santiago amanece hoy con posibilidades de lluvia: la nube de smog que envuelve la ciudad hasta convertirla en irrespirable se disiparía por unas horas si es que llega el agua. “¿Justo este día?”, se preguntaban ayer varios chilenos durante el banderazo en apoyo a sus jugadores. “Espero que sea el domingo”, rogaron otros. Es que hoy sábado (22.00 horas, Canal+ Liga) se juega un partido que promete ser histórico: la final de la Copa América entre el país anfitrión, Chile, y la selección argentina de los culés Leo Messi y Javier Mascherano, que buscan el póquer de títulos después del triplete con el Barça.

El Estadio Nacional, en el barrio de Ñuñoa, recibirá a los dos mejores equipos del certamen, los que más goles anotaron. Pero el local y su rival no tienen en principio el mismo poderío. Chile contará con el aliento abrumador en las gradas. Argentina, con mayores figuras. Uno tiene la ilusión de ganar la copa por primera vez.

El otro, como dijo Di María, “sacarse la espina de Brasil 2014”. La jornada no parece vivirse con la misma intensidad a ambos lados de la Cordillera de Los Andes. Chile le añade, en estas circunstancias, una carga emocional mayor. “El triunfo o la frustración”, dijo Toño Prieto, comentarista de Radio Cooperativa. “Todos creen que juegan esta final. Desde la presidenta hasta los niños... y de ahí se proyectan los conceptos de felicidad o fracaso”. Pero el que puede decidirla será Leo Messi. H