Imagínense, por un momento, saltar a la inmensidad del océano desde un barco para nadar. Ahora colóquense unas aletas de delfín que van pegadas a su cuerpo a través de unas zapatillas de ciclista y tírense al agua para nadar contra el rey de las profundidades, el "gran blanco", un portentoso 'atleta sudafricano', fibrado y preparado para ser una máquina de nadar y de matar. Ya la cosa no es tan apetecible como parecía al principio, ¿verdad?

Pues bien, esto es lo que hizo Michael Phelps, el deportista más laureado de los Juegos Olímpicos con 28 medallas en 4 olimpiadas. El mítico nadador estadounidense se lanzó a luchar contra uno de los animales más imponentes del reino marítimo en una carrera de 100m en un recorrido que se había preparado con el paso previo de un tiburón por la misma zona. La cita se celebró en Sudáfrica, en las gélidas aguas del Atlántico, en las que suelen nadar hambrientos estos bellos y majestuosos reyes del océano.

Como una 'crono'

Como era de esperar dada la peligrosidad del reto, Phelps se lanzó al agua sin la presencia del tiburón en la zona. Digamos que la prueba fue una contrarreloj en la que "la bala de Baltimore" se enfrentaba contra el gran blanco simuladamente. "No estábamos en el agua al mismo tiempo, creo que esa era la pregunta que todo el mundo se hacía, pero mi prioridad era la seguridad

El nadador saltó de la embarcación "Devocean" a las frías aguas del Atlántico sudafricano -recordemos que ahora es invierno- y comenzó a nadar haciendo los 15 primeros metros de carrera con su obnubilante patada de mariposa que deja al resto de los mortales anonadados con el acompasado y perfecto movimiento desde la punta de los dedos de la mano a la punta de las aletas de los pies. Desde allí salió a la superficie y comenzó a nadar con su impecable estilo de braza.

Brazada tras brazada el de Baltimore continuaba siempre bien cerca del tiburón blanco, pero nada pudo hacer cuando una foca aceleró el corazón del "gran blanco", haciendo que este esprintase poco antes de meta, llegando incluso a saltar fuera del agua ya con la foca en la boca en lo que pareció casi una celebración de su victoria contra el "tiburón de Baltimore". Finalmente la distancia entre ambos tiburones, el humano y el real, solo fue de dos segundos.

Todo gracias a los efectos especiales

Los efectos especiales que venían de la mano de Discovery Channel en la "Semana de los tiburones" -una campaña para la concienciación de la importancia de estos animales en los océanos- han sido los que han permitido mostrar frente a frente al tiburón blanco y al mejor nadador de todos los tiempos, separados por una corchera flotante similar a cualquiera de una piscina olímpica.

Phelps ha asegurado que esta carrera ha sido una de las más duras de su carrera por la baja temperatura del agua y la espera hasta poder saltar a nadar. La carrera, que Discovery Channel vendió como "La lucha por la supremacía del Océano", resulta impresionante en términos gráficos, pero algo decepcionante para muchos ya que la carrera no fue del todo una carrera.

El rival de Phelps fue el tiburón blanco (Carcharodon Carcharias), una de las especies más portentosas del género y la única del mismo que ha sobrevivido hasta la actualidad. Es un ser con muy mala fama que suele medir entre 5 y 7,5 metros y que se alimenta de grandes mamíferos marítimos. Por su gran tamaño y su inquietante aspecto, es una especie en peligro de extinción, que está protegida en California, el Golfo de México o Sudáfrica, entre otros lugares.