Ya destacaba a los 18 años, cuando se convirtió en la campeona olímpica más joven de eslalon en los Juegos de Sochi 2014 (Rusia). Pero es que, ahora, lo de Mikaela Shiffrin es de auténtico escándalo. La indescriptible esquiadora de Colorado (EEUU) está llegando a sus segundos Juegos, los que disputará en Pyeongchang (Corea del Sur) del 9 al 25 de febrero próximos, es un estado de forma tan extraordinario a sus 22 años que es la gran favorita a lograr no menos de cuatro medallas de oro en esquí alpino.

Shiffrin aspira a todo ese oro en las cuatro especialidades en las que ha confirmado que participará: eslalon, gigante, supergigante y combinada. Y eso a la espera de que tome una decisión sobre el descenso, esa modalidad dominada con piernas férreas por la otra gran estrella femenina del esquí, su compatriota Lindsey Vonn, pero en la que Mikaela ya ha hecho sus primeras incursiones, hasta el punto de ganar el mes pasado el de Copa del Mundo de Lake Louise (Canadá).

Elogios unánimes

Solo faltaba eso para que los observadores del mundo del esquí agoten los elogios ante una esquiadora que va camino de la leyenda. "Es el mejor esquiador, hombre o mujer, que he visto nunca", ha asegurado esta semana Bode Miller, el retirado supercampeón de 40 años que, con seis medallas, ostenta el récord de podios olímpicos de un estadounidense. El ahora comentarista de Eurosport no escatima halagos. "Es tan equilibrada, dinámica, intensa y centrada en lo que hace que, para mí, tiene todas las opciones de ganar en cualquiera de las modalidades en que esquíe", asegura un rendido Miller. Tampoco se queda corto Tom Kelly, portavoz de la federación estadounidense: "Es un ser humano increíble, y la pasión que siente por este deporte es realmente inigualable".

Esa virtud y el indesmayable apoyo de su muy unida familia, con sus padres Eileen y Jeff, dos exesquiadores, a la cabeza, son dos características que hacen única a la ambiciosa Mikaela Shiffrin, que este miércoles, en el eslalon nocturno de Zagreb, logró su segunda victoria consecutiva en la Copa del Mundo, la 7ª de este año, la 28ª en eslalon y la 38ª en esa Copa del Mundo que el año pasado ya ganó por primera vez en su clasificación general. Además, la estadounidense es tres veces campeona del mundo de eslalon, la modalidad más técnica del esquí, a partir de la cual está extendiendo su dominio a todas las demás y presentando su candidatura a reina de los Juegos de Pyeongchang. "Y si no consigo los objetivos marcados para esos Juegos, mi familia me va a querer igual", asegura con tranquilidad la esquiadora.