Después de semanas y semanas a la contra, haciendo recuento de ausencias y de daños a estas alturas de la semana, para Fran Escribá el sol empieza a lucir en todo su esplendor. La lista de bajas, a falta del entrenamiento previo al encuentro contra el Málaga (mañana al mediodía, en La Cerámica), mengua a solo dos. La enfermería -si es que ahora puede utilizarse ese término- solamente cuenta con dos inquilinos: Daniele Bonera y Roberto Soldado.

La vuelta de Mateo Musacchio es un hecho, después de la lesión que sufrió en su muñeca derecha en el encuentro contra el Barcelona (8 de enero). «Está disponible. No se ha dejado nada, se ha caído al suelo… No va a tener dudas y va a llevar una férula que le protege», analizó el técnico amarillo sobre el argentino.

Respecto al otro central, Escribá prefiere ser cauto. Bonera ha aprovechado los dos últimos compromisos ligueros para ser titular, frente al Granada por la ausencia en el último momento de Víctor Ruiz y en Sevilla, por la sanción de Álvaro. Ahora, con ambos disponibles (igual que Musacchio), al italiano no le queda más remedio que asumir su habitual rol de cuarto central, de ahí que Escribá no tenga pensado forzarle. «Bonera tiene unas pequeñas molestias y no tomaremos riesgos», contextualizó.

TRIGUEROS, SIN PROBLEMAS // Aunque Trigueros no ha tenido una semana nada cómoda, Escribá cuenta con el talaverano ante la visita del Málaga. «Manu tiene un golpe, pero está disponible», contestó ayer a la pregunta del estado físico sobre el mediocentro, uno de los más destacados en el 0-0 en el Ramón Sánchez Pizjuán, aunque tal vez relegado a un segundo plano por las paradas salvadoras de Sergio Asenjo.