Mikel Landa se salvó por la campana. Alejandro Valverde hasta intentó escaparse para luchar por la etapa. Nairo Quintana se comportó como si toda la vida hubiese entrenado sobre imaginarios adoquines colombianos. El Movistar, el equipo español del Tour, firmó una actuación magistral en la peligrosísima etapa de las piedras, de un Infierno del Norte del que salió airoso, exitoso y, aunque el vasco presenta magulladuras en toda la zona derecha del cuerpo, presto a pelear por el jersey amarillo.

Quiso la fortuna que solo se produjera una caída grave —y fue antes de los adoquines—. Richie Porte, en el segundo domingo de Tour, como ocurrió hace un año, se fue al suelo y en vez de cruzar la meta, como hizo victorioso John Degenkolb, acabó en el hospital. Hoy, jornada de descanso para recuperar fuerzas.