Menudo remontadón en Elche (2-3). El Castellón es así, un equipo cuyo comportamiento, fiel a sus colores blanco y negro, suele pasar de un extremo a otro. De la más absoluta frustración tras el 2-0 e, incluso, fallar un penalti; al éxtasis liberador de la conclusión, levantando un encuentro que perdía por esos dos goles a un cuarto de hora para el final, con dos tantos en el descuento. La semana arrancó mal, siguió rodeada de polémica... pero acabó un con triunfo reparador que, al menos, permite que los albinegros no pierden más comba respecto a los play-off.

Los resultados presionaban aún más al Castellón, que visitaba a un equipo que, con dos extremos provinciales como puñales (Iván Agudo y, sobre todo, Liberto Beltrán), presentaban una fiera estadística en casa: 10 puntos de 12.

El toma y daca del tramo inicial del encuentro saltó por los aires. Dos despistes... y 2-0 antes del 30’: Nuha Marong cabeceaba una acción generada por Liberto y el otro viejo conocido, Agudo, se sacaba un golazo de la chistera.

El Castellón reaccionó con timidez y Antonio Martínez comenzó a rematar con tanta frecuencia como exceso de fuerza. La tarde le iba permitir redimirse... y de qué forma. Pero no adelantemos los acontecimientos, sobre todo los de una segunda parte frenética y muy difícil de olvidar.

ERROR DESDE LOS 11 METROS // El Castellón se transformó a su salida del vestuario de la Ciudad Deportiva Díez Iborra. El evidente paso al frente fue ratificado por el penalti (claras manos de Fran Martínez), eso sí, tras otro sobresalto de Agudo, aunque el palo y Álvaro Campos impidieron que la tarde pasara de castaña a oscura. Pero José Carlos adivinó la intención de Gaizka Saizar, aplazando el arranque de la remontada.

La expulsión de Paul Quaye (min. 69), sostén defensivo del Tano en la medular, confirmó el definitivo cambio de rumbo del choque. Antonio y los albinegros se acercaron a sus objetivos, el primero con un remate al larguero que, recogido por Guille Vázquez, metió de lleno a los albinegros con el 2-1. Quince minutos para soñar... despiertos.

Aun en superioridad numérica y yendo de menos a más, los orelluts tampoco tuvieron nada fácil obrar el milagro. El espigado delantero murciano, que volvía al once, seguía rematando sin tino, Pruden Sáez recibía una entrada que derivó en una cojera (lo cual no le impidió fabricar el 2-3) y Rubén, en una acción maradoniana, se topó con el poste en su aviesas intenciones de lograr el 3-1.

En esas Meseguer, uno de los damnificados del desastre del domingo anterior frente al Orihuela, se reivindicó con una buena acción personal para restablecer las tablas, después de que ya hubiesen empezado a correr los cinco minutos de la prolongación.

¡qué final! // La fe de los orelluts, que incluso con el 2-2 podían entender que habían regresado del más allá, rubricó una de las remontadas más agónicas que se recuerdan, más que la de Alzira de la pasada campaña. Pruden cabalgó por la izquierda, Rubén Fonte (su ingreso en el partido también fue crucial) dejó pasar y Antonio, al fin, tuvo la paciencia y el acierto para hacer el 2-3. H