Si ya de por sí los numerosos condicionantes del sorteo de la fase de grupos de la Champions despiertan más de una suspicacia entre los aficionados, el papel de los invitados que extraen las bolas es observado siempre con lupa en busca de detectar cualquier movimiento sospechoso a la hora de removerlas y extraerlas. En el sorteo de este jueves, celebrado en Mónaco, la polémica la protagonizó el exjugador del Real Madrid, Roberto Carlos.

El retirado futbolista brasileño fue el encargado de extraer las bolas del último bombo, el que cerraba los grupos con los rivales en teoría más débiles. Mientras charlaba distraídamente con el conductor del acto, cogió una primera bola y la devolvió al bombo mientras comentaba que le gustaría tener la misma habilidad para abrirlas que había mostrado anteriormente en el sorteo Clarence Seedorf. Todo ello en un tono de broma a raíz de las dificultades del embajador de la final, el galés Ian Rush, que tuvo que pedir ayuda en más de una ocasión para desenroscarlas.

Como se aprecia en el vídeo, sin embargo, Roberto Carlos apenas intenta abrir esa primera bola que cambia por otra casi de forma inmediata. La segunda, que abre sin problemas, contenía el nombre del Ludogorets búlgaro, que fue a parar al grupo A junto a PSG, Arsenal y Basilea. Cabe señalar al respecto que después de las bolas que sacaba Roberto Carlos, Rush extraía la del grupo correspondiente en el que se ubicaba cada equipo, no dependiendo por lo tanto del carioca el destino final de los clubs de ese cuarto bombo.