Su irrupción, cual elefante en una cacharrería, aventuraba una revolución en el Castellón en lo futbolístico. Pero, a la postre, Manu Calleja apostó por la continuidad de un equipo que sumaba 16 jornadas sin perder. El partido en Novelda fue tan parecido al de Ibi, que reforzó la sensación de que poco o nada había cambiado en los 25 días transcurridos entre las dos citas... cuando sí lo había hecho, y mucho.

De entrada, la alineación inicial apenas registró dos variaciones, una de ellas lógicas (la vuelta al equipo de Enrique en detrimento de Álvaro). También entró Chema por Fonte, a quien el cántabro había dejado en casa.

El domingo, como aquel ya lejano 21 de diciembre, empezó perdiendo a las primeras de cambio (minuto 8) y tuvo que nadar a contracorriente, neutralizando la desventaja en las postrimerías (m. 80). Ese espíritu competitivo que raya lo agónico, que ya fue una seña de identidad del Castellón de Kiko Ramírez, que el de Frank Castelló prolongó y que el de Calleja quiere conservar también, le ha permitido sumar muchos puntos en ese tramo final de los encuentros que los antiguos llamaban la zona Cesarini y que en la actualidad es más conocido como los minutos NoventayRamos. Esa esencia le permitió llegar vivo en La Magdalena, cuando los locales olían, incluso, el 2-0.

UN SALDO DE +5 // La racha de invencibilidad de los orelluts ha superado los cuatro meses (sin contabilizar el 1-0 momentáneo del partido en Xàtiva, que se acabará el miércoles de la semana que viene, en el 54’) ha sido posible gracias a los tantos de Enrique en Novelda, Marenyà en Ibi o Esaú en Crevillente, que evitaron sendos 1-0. El gol de ultimísima hora también les ha servido para ganar al Villarreal C (Esaú de nuevo). Son, por lo tanto, cinco puntos rescatados, lo que les permite estar plenamente activo en la pelea por los play-off.