Una prueba como la Penyagolosa Trails pone a prueba todos los mecanismos fisiológicos de adaptación que tiene el cuerpo por sus exigencias físicas y mentales, que deben afrontarse con un mínimo de garantías.

Lo primero es asegurarse de ser apto para la práctica deportiva mediante una prueba de esfuerzo que hay que repetir para entrenar con seguridad y adaptar las cargas de entrenamiento a nuestra evolución. También es importante incluir controles de análisis sanguíneos que nos darán información precisa del estado de forma del deportista.

Lo siguiente es estar bien entrenado mediante una correcta planificación, preparación y puesta a punto continua. Conviene contar con un equipo multidisciplinar de profesionales que nos asesoren y controlen: médico, entrenador, nutricionista, podólogo, psicólogo, fisioterapeuta… y también osteópata, un especialista poco reconocido en España, con mucho que aportar a los atletas.

En países donde tiene más tradición, la osteopatía se considera de sumo interés en el deporte, sobre todo por su eficacia en el ámbito preventivo. Un ejemplo de ello es el campeón del mundo de skyrunning, Kilian Jornet, que pasa revisiones periódicas con su osteópata en Francia. Dependiendo del calendario del corredor, el osteópata actuará en ciertos momentos de la temporada con un enfoque global del cuerpo, que favorecerá su rendimiento y minimizará el riesgo de lesiones.

Ante una prueba como la Penyagolosa Trails, Eduardo Falcó, osteópata y profesor de la Universidad Cardenal Herra CEU de Castellón, recomienda una revisión osteopática entre 15 y 30 días antes “para ultimar los detalles previos de forma individualizada y evitar sorpresas desagradables”.

En los días previos, “es fundamental la alimentación, hidratación y descanso”. Ya durante la prueba, Falcó aconseja “guiarse por las sensaciones, adaptando nuestro ritmo a la carrera. Hay que dosificarse y no bajar la guardia en los tramos fáciles, donde se dan la mayoría de caídas”.

Otro factor clave es hidratarse sin sed y comer sin hambre, “pues de lo contrario, cuando notemos los primeros síntomas de desfallecimiento, puede ser tarde”. En esta línea, hay que prestar atención al sistema gastrointestinal, cuyos problemas puede resolver un osteópata con antelación. H