Su presidente Ángel Torres no le ha pedido aún que invierta en el Getafe, pero todo se andará... Mathieu Flamini, que llegará mañana al Estadio de la Cerámica con el equipo madrileño para enfrentarse al Villarreal si supera unas molestias, se convirtió en el mercado de invierno en nuevo jugador getafense. El francés asegura que el fútbol sigue siendo su gran pasión, muy por encima de la exitosa trayectoria empresarial que le ha llevado en diez años a ser considerado el fútbolista más rico del mundo.

La compañía que fundó con el italiano Pasquale Granata, GF Biomechemicals (GBF), se dedica a producir ácido levulínico, que a medio plazo puede convertirse en recambio del petróleo y sus derivados y está considerado como una de las 12 moléculas básicas para potenciar un mundo más sostenible y ecológico en el futuro. Está valorada en 30.000 millones de euros. «No presto atención a lo que se dice y se publica sobre mi actividad ajena al fútbol. Mi pasión es el fútbol, amo este deporte y en él pongo en estos momentos toda mi atención», asegura cuando se le pregunta al respecto el centrocampista, que ha pasado previamente por el Olympique de Marsella, Arsenal, Milan y Crystal Palace.

Debutó contra el Barça

El club inglés fue su último equipo hasta el 30 de junio y sólo llegó a disputar 10 partidos la temporada pasada. Hace un par de jornadas debutó contra el Barça y, aunque ha firmado hasta final de temporada, no descarta ampliar su contrato y volver a jugar competiciones europeas con el conjunto dirigido por José Bordalás, con quien asegura haber sintonizado de maravilla. También con el presidente, Ángel Torres, aunque solo para centrarse en temas futbolísticos. «No creo que el Getafe necesite inversiones», asegura.