El pasado viernes se produjo un hito histórico para el fútbol sala en Peñíscola. Su equipo de Primera División, el Peñíscola FS RehabMedic, en estos momentos el mejor club de toda la Comunitat Valenciana, disputó por primera vez en toda su historia la fase final de la Copa de España. Y dio la cara, cumplió, intentó clasificarse para semifinales y solo la mala suerte le dejó fuera. Cayó 2-3 ante el Jaén, un muy buen equipo, pero se fue entre ovaciones.

A todos nos hubiera gustado verlo en semifinales. A mí, muchísimo, que soy de Benicarló y tengo una gran relación con muchos de los dirigentes del club y con muchos de los incondicionales que cada semana apoyan a una de las entidades que desde la humildad se ha convertido en protagonista ante presupuestos que le quintuplican el suyo.

Me contaba la pasada semana Manuel Sierra Murcia, su secretario general y una de las almas del club junto al presidente, Juan Vizcarro, que solo jugar la fase final de Copa ya era como ganarla. Ellos querían medirse al Inter Movistar en semifinales, pero no pudo ser. Sin olvidarme de uno de sus más fieles seguidores, el alcalde y exfutbolista Andrés Martínez.

Mención a parte a los más de 300 peñiscolanos y de otras localidades del Baix Maestrat que estuvieron en Ciudad Real dejándose el alma. Como dijo ayer en redes sociales Manuel Sierra Murcia: «Ya falta menos para la Copa 2018», porque el Peñíscola no faltará, como no lo hará en el play-off por el título. Sois admirables.