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@josellizarraga

El plan de salvación que lidera Jordi Bruixola no será nominado a ningún premio Nobel. Es tan sencillo, como para un químico la fórmula del agua o un médico curar un arañazo con agua oxigenada. Un crowdfunding a una escala mayor. El que fuera director general del CD Castellón lleva mucho tiempo buscando apoyos para sumar a su grupo, en el que se encuentra gente como Pablo Hernández, Dealbert, Vicente Montesinos y alguno más que permanece en el anonimato. Pero no le salen las cuentas con lo que tiene, porque con el agujero que ha dejado Cruz los números no le cuadran porque para entrar en condiciones se necesitan un mínimo de dos millones para luego ir renegociando los diferentes pufos. Y sin alardes.

A Bruixola le reconozco sus arrestos y su amor propio, aunque también considero cierta candidez e ingenuidad en su aventura. Lo que me llama más la atención es que tenga que ser alguien que no es de Castellón quien haya mostrado más empeño y creído más en ese sueño de salvar al equipo albinegro de la desaparición. Pero de nada servirá su tesón sino encuentra los apoyos necesarios, y no me refiero a palmaditas en la espalda habituales en estos casos.

Lo cierto es que de su poder de convicción para sumar adeptos al plan de salvación, me refiero ahora a euros, dependerá muy, y mucho, el futuro. Me gustaría saber que piensa el administsrador concursal Federico Castellano de todo lo que está pasando. Cruz no tiene plan alguno, salvo el de seguir engañando a la gente y continuar viviendo del CD Castellón.

No obstante, ahora mismo no hay más debate que apoyar en esta promoción de ascenso. No quiero pensar donde puede ir el dinero, pero para eso ya tendrá Hacienda los mecanismos legales para controlar lo que se recauda. Solo pienso en lo que se juega el Castellón. El tal David Cruz no debe impedir que nadie acuda a Castalia. Él no es el Castellón ni lo será nunca. Ni tampoco el club es de él, aunque lo mantenga secuestrado. Hay que confiar en la justicia, pero mientras el balón esté en juego, el Castellón es lo primero.

EL VILLARREAL SE LA JUEGA EN MESTALLA. Al Villareal se le volvió a atragantar uno de los equipos de la parte baja de la clasificación, con los que se le han escapado demasiados puntos. Pero en fin, el equipo de Escribá sigue dependiendo de sí mismo. Todo pasa por una victoria en Mestalla. ¿Fácil? Para nada. Lo positivo de la jornada de ayer fue que el fútbol limpio ganó. Y espero que vuelva a pasar en la última jornada. Desde luego que no espero ninguna ayuda del Valencia. Para nada. Su misión es salir a ganar al Villarreal y en el recuerdo está aquel partido de la penúltima jornada de hace cinco años en el que se comenzó a fraguar el descenso a Segunda y con derrota posterior ante el Atlético. Se bajó por deméritos propios.

Repito que ganarle al Valencia en su estadio no será fácil, pero tampoco lo debe ser para el Athletic sumar los tres puntos en el partido de la despedida del Calderón ante el Atlético, o para la Real Sociedad ganar en Balaídos. Al Villarreal le va mucho en Mestalla. No es lo mismo ser quinto que séptimo, ni en lo económico (seis millones de diferencia) ni en lo deportivo, porque habría que depender de que el Barça gané la Copa y luego pasar dos rondas previas para estar en Europa. Creo en el fútbol limpio pero más en el Villarreal. Hay equipo para ganar al Valencia. Luego ya hablaremos de futuro. De momento, el presente. Un partido de rivalidad autonómica con morbo. Bakambu se hará la foto de Europa en Mestalla... No lo duden.