Los números del Castellón 15/16 son decepcionantes, por no decir algo peor. Pese a que el equipo albinegro estaba llamado al principio de temporada a luchar por el liderato, o en su defecto, por el play-off de ascenso, lo cierto es que una vez se han disputado 12 jornadas el primero Ontinyent está ya a 14 puntos, el cuarto Torre Levante, a nueve, y por si fuera poco asoma el fantasma del descenso, ya que el Torrevieja, que es 17º, está ahora a solo tres puntos.

Con estos números, hablar de play-off de ascenso es harto complicado, pero lo cierto es que hay dos precedentes que invitan al optimismo. Para el primero no hace falta remontarse mucho más atrás en la historia, pues el año pasado el equipo experimentó una espectacular reacción desde la 12ª jornada, coincidiendo con la llegada de Calderé.

DE LA 13ª PLAZA AL LIDERATO // El técnico catalán se hizo con las riendas del equipo orellut a estas alturas de Liga, con el equipo en la 13ª posición. La distancia con el cuarto --Torrevieja--, era de nueve puntos y nueve puntos le distanciaban del primer clasificado.

La película de la campaña anterior tuvo un final feliz --en la temporada regular--, pues el Castellón se aupó al liderato, aunque no pudo aprovechar esta condición para ascender a Segunda B.

La situación entonces dio un giro de 180 grados con la llegada de Calderé y la inyección de 660.000 euros en las arcas del club por parte de Aerocas, ya que parte de esta cifra se empleó en reforzar la plantilla. El panorama a día de hoy es menos halagüeño, pero debería ser un buen espejo para que se mire Kiko Ramírez.

OTRO DATO ESPERANZADOR // Si importante fue la remontada experimentada por el conjunto albinegro la temporada pasada, no menos llamativa fue la que disfrutó el CE L’Hospitalet 13/14 en Segunda B, con el actual entrenador del Castellón en el banquillo.

Kiko Ramírez se hizo cargo del equipo catalán en la octava jornada con solo una victoria en el casillero. En las 30 jornadas restantes el equipo tan solo perdió tres encuentros y se quedó a las puertas de subir a la categoría de plata del fútbol español.

Son por tanto dos precedentes que invitan a pensar que la proeza es posible, que el Castellón puede recuperar la senda que le lleve a los puestos de promoción de ascenso, aunque buena parte de los aficionados que acudieron a Castalia el pasado domingo no deben pensar lo mismo, pues el equipo en la segunda mitad dio una de las peores imágenes que se recuerdan en el estadio...

Mucho trabajo tiene por delante Kiko Ramírez si quiere reconducir la situación deportiva, pero todo pasa por los resultados. El próximo domingo a partir de las 16.00 horas frente al Elche Ilicitano tiene ya una buena oportunidad para dar un golpe sobre la mesa y demostrar que sí se puede.

Después, el Castellón volverá a Castalia para jugar contra el Crevillente. Se trata de dos partidos en los que Kiko Ramírez no podrá sentarse aún en el banquillo --por la sanción que arrastra del L’Hospitalet--, pero en los que el margen de error es mínimo por la pesada losa que se arrastra. H