Ni llorar ni lamentarse. Ese es el mensaje de Fran Escribá para afrontar este domingo al mediodía (12.00 horas, beIN LaLiga) un partido ante uno de los equipos más en forma del fútbol español y que mejor se ha reforzado en el mercado de invierno. Lo hace, además, en el Sánchez Pizjuán, un estadio que emana un ambiente especial, como el color de Sevilla que ha hecho famoso el estribillo de la canción. El Villarreal llega con ausencias sensibles, pero también con un bloque que posee mimbres para competir en cualquier escenario si ha apretado el botón de 'on' desde el primer minuto. Y más cuando delante tienes a un adversario que ha cambiado el objetivo de meterse en la Champions por el de pugnar por el título con los grandes.

Escribá tendrá que activar su plan B para ponérselo complicado a un rival con poderío físico y con muchos recursos técnicos. El cambio en el dibujo táctico se apunta como necesario y, quizás, inteligente, dadas las circunstancias. El Villarreal tendrá algunas novedades importantes. En la defensa, un tándem poco habitual con Bonera y Víctor Ruiz, dos centrales que no han actuado juntos en demasiadas ocasiones, pero que suplirán la falta de velocidad -no es su principal virtud- con experiencia y ese gen competitivo que distingue a ambos. El guerrero Jaume Costa regresará al once, después de cumplir su sanción.

En la línea de medios, el Villarreal jugará con Rodrigo en el mediocentro, formando pareja con Bruno. Por delante, destacará la ubicación de Trigueros como enlace de Adrián, con Castillejo por una banda y Jonathan por la otra.

En ataque, como único punta Adrián, quien asegurará movilidad y un mayor aporte al fútbol combinativo del Villarreal.