Para ganar una gran vuelta, la que sea, no se puede fallar en la contrarreloj decisiva. Purito Rodríguez quedó ayer demasiado atrás y cedió excesivo tiempo para mantener intactas las ilusiones por anotarse una Vuelta que se le ha puesto más cuesta arriba que las rampas de la Bola del Mundo que se afrontan el sábado y donde el nuevo líder, Vicenzo Nibali, y el ciclista gallego, Ezequiel Mosquera, distanciados en 39 segundos en la general, se juegan el triunfo.

La decisiva crono de ayer en Peñafiel volvió a sacar jugo a una Vuelta de incierto resultado, que va cambiando de líder por una circunstancia u otra, al margen de presentar figuras para el futuro como Peter Velits, ganador de la contrarreloj, con 25 años y que fue campeón del mundo sub-23, en el 2007. Purito no consigue nunca amarrar la casaca roja y la cede porque se olvida de comer en Andorra o porque vuelve a tropezar con el clavo de la contrarreloj. Igor Antón, con el título en el bolsillo, se descubre como un nuevo valor del ciclismo español, aunque se cae, se rompe y abandona de rojo. Nibali, de nuevo al frente de la general, a pesar de sufrir ayer un pinchazo resuelto con torpeza por sus auxiliares, tampoco se ha mostrado como un aspirante firme, porque ha cedido tiempo en la montaña. Mosquera, por su parte, se realza como aspirante.

LA APUESTA GALLEGA // Mosquera no es un corredor conocido en el extranjero. Tiene 34 años, pero su entrada al ciclismo ha sido tardía (debutó en la Vuelta con 31 años) y siempre ha quedado entre los cinco primeros.

Que en la carrera del sábado se imponga en la carrera no resultará ninguna sorpresa. H