Kiko Ramírez volvió el domingo a Castalia mientras busca equipo, después de que fuera despedido, hace un par de meses, del Wisla de Cracovia.

«Tenía muchas ganas de venir. He visto un gran ambiente, con la afición tirando de este equipo hacia arriba», manifestó el entrenador tarraconense, que comparó el hoy con el ayer que él vivió en el Castellón, hace un par de campañas: «No he notado el ambiente de crispación que había antes, sino una comunión entre directiva, afición y jugadores, que es lo ideal». «Es difícil ver este ambiente no ya en Tercera, sino en Segunda B. Esta afición es de Primera», añadió el tarraconense, que dijo que «disfruta desde fuera» de la corriente de positivismo instalada en el albinegrismo.

Eso sí, no entró a valorar si el Castellón de Sergi Escobar es mejor que el que él dirigió y que se quedó a un penalti de subir.