El entrenador del CD Castellón, Kiko Ramírez, ha salido en defensa de la afición albinegra, a la que quiere brindarle el triunfo este próximo domingo en Gavà, en la vuelta de la final de la Fase de Ascenso a Segunda División B, en el campo de La Bòbila (18.30 horas), teniendo que mejorar el 2-2 cosechado en la ida en Castalia."Vamos enrabietados", ha explicado el míster orellut, "el fútbol lleva años en situación delicada, los clubs buscan hacer taquilla y me sorpendee que un club catalán no haya habilitado el campo para que sea una gran fiesta del fútbol y disfrutarla, opino que yo lo hubiese hecho de otra forma", ha argumentado.

A Ramírez no le agrada el hecho de que el CD Castellón solo haya recibido 250 entradas para el envite de vuelta: "El futbol sin aficionados no es futbol. Desgraciadamente no será lo que todos esperamos y por eso tenemos rabia contenida". "Esta está siendo una semana muy emotiva en todo momento, y en especial por la gente que nos va a acompañar sin tener entrada, que lleva muchos años sufriendo", reconoce un preparador albinegro, que destaca que hay que "subir cueste lo que cueste".

Kiko tiene fe en su equipo: "Estoy super confiado. El partido es muy complicado y contra un muy buen equipo y con buenos jugadores", confiesa.

Incluso considera que puede ser similar al choque de ida. "El encuentro será cambiante y muy competido, como en la ida. En Castalia nosotros cometimos fallos, pero ellos también. Hay que saber jugar sabiendo que un empate te favorece", concreta, finalizando con el hecho de que "vamos a pelear tanto por los aficionados que nos van a acompañar, como por los que no nos van a poder hacerlo".