Al margen de haber reflotado al equipo para no pasar apuros, la Real Sociedad de David Moyes que hoy se encontrará el Villarreal transita sin pena ni gloria por esta Liga; su fútbol es insípido, no enamora y no deja poso, y eso que tiene futbolistas de calidad en el centro del campo, que es donde se logra la autoridad en los partidos. Hace tiempo que no se recuerda un solo partido en el que la Real haya sido notablemente superior al adversario; cuando gana, lo hace con pocos argumentos, y cuando pierde el rival también le gana con poco.

El escocés alterna dos dibujos: el 4-2-3-1 y el 4-4-2 con el añadido de un constante baile de posiciones en la línea ofensiva. Rulli es el portero titular; hábil con el balón, bueno en desvíos y estiradas, comete algún error por exceso de confianza. Los laterales se los jugarán entre Carlos Martínez (derecha), Yuri y De la Bella (en la izquierda); mientras que en el eje estarán Ansotegi, de gran capacidad en el juego áereo, y Mikel, con mejor salida de balón, aunque ambos son lentos en campo abierto. Elustondo, pivote reconvertido a central, es la otra opción.

En el doble pivote han venido jugando Granero y Rubén Pardo, volantes de corte creativo que tienen buen rango de pase medio y largo, pero que no acaban de generar posesiones de calidad y luego ofrecen algunas carencias en el apartado defensivo por sus características. Sí que las tiene Markel, medio de aguerrido de buen nivel táctico, aunque viene de hacer un partido horrible en Elche. En la mediapunta y, alternando ubicaciones, Xabi Prieto, buen centrador y con excelente juego aéreo pero que está siendo muy intrascendente, tal vez ya en el declive; Castro es un agitador por su dinamismo y velocidad y con un gran golpeo de zurda; Canales suele jugar con más libertad entre líneas para aprovechar su visión de juego, pase y remate.

La referencia suele ser Agirretxe, que sabe fijar a los centrales, jugar de espaldas y domina el juego aéreo, pero no encuentra socios arriba. Vela vuelve poco a poco tras su lesión y su presencia se ha de notar, por lo desequilibrante de sus diagonales en conducción y capacidad para asistir o rematar. Así es esta Real, más solvente atrás pero muy pálida a la hora de producir juego, sin un estilo que sea identificable. H