Después de 40 encuentros sin perder, dos derrotas seguidas. Ha vuelto el Real Madrid terrenal y batible, que si bien todavía maneja una buena ventaja en la Liga tras perder el domingo en el Pizjuán (dos puntos, más un partido pendiente), se complica inesperadamente su tránsito en la Copa del Rey. El Celta le sorprendió anoche en el Bernabéu (1-2), obligando a los blancos a anotar al menos dos tantos en la vuelta de Balaídos para acceder a las semifinales.

En su primer año en el banquillo, Zidane solo había cosechado dos derrotas. De hecho, hasta el fin de semana, presumía de tener más títulos que encuentros perdidos. Los blancos fueron de más a menos y, en la segunda parte, fueron superados por un rival agazapado que volvió a encomendarse a Iago Aspas, autor, prácticamente, de un tercio de los goles de su equipo (15 sobre 48) en las tres competiciones en la que los vigueses están.

El Celta trató de sacudirse la marejada con la que llegaba al encuentro. Berizzo había apartado en la víspera a Orellana y su equipo, lejos de descomponerse, planteó un encuentro con rigor frente a un Real Madrid que perdía a Carvajal antes del encuentro. Danilo volvía a ocupar al carril del 2 y, como corroboró en el 0-1, estuvo mal.

El Madrid bajó sus habituales revoluciones y olvidó esa presión tan alta que acaba por asfixiar a sus adversarios. Además, su entrenador puso en liza un once experimental con Casilla, Marco Asensio o Lucas Vázquez en la alineación. Un equipo en el que Cristiano Ronaldo ejercía como delantero centro.

Seguramente, el Celta estaba preparado para resistir como pudiese un asedio y soñar con regresar a Vigo con un marcador no demasiado descorazonador. Incluso, dio la sensación de arrugarse a la hora de estirar líneas para ir en busca de Casilla. El 0-0 en el intermedio le debió convencer de que todavía podía sacar un resultado mejor.

LLEGAN LAS EMOCIONES // Morata entró por un lesionado Asensio y el Madrid tuvo más profundidad. Sin embargo, una cadena de errores terminó con el 0-1 de Aspas, que esta vez sí tuvo la pausa para abrir el marcador (m. 64). Marcelo arreglaba en parte el desaguisado en el 69’, con un gol afortunado (su remate fue desviado por Hugo Mallo). Pero al cabo de un minuto clavado, Jonny aprovechó una autopista para plantarse ante Casilla y batirle para poner la eliminatoria muy de cara para el Celta.