El Villarreal se ha marcado como objetivo prioritario para el tramo final de la temporada recuperar a Javier Aquino. El que fuera el gran, y mediático, fichaje del conjunto amarillo en el mercado invernal se ha perdido los dos últimos partidos del equipo de Marcelino -se lesionó en la primera mitad del duelo frente al Real Murcia hace tres jornadas-, una circunstancia que se ha notado sensiblemente en el juego ofensivo del combinado groguet.

La calidad técnica individual, el desparpajo en el uno contra uno y el potencial físico del internacional absoluto mexicano se antojan determinantes de aquí a final de campaña para que el Submarino logre, como es el objetivo del club, el ascenso directo a Primera División.

Pero un esguince en los ligamentos del tobillo izquierdo han tenido al futbolista apartado de los rectángulos de juego en las dos últimas citas. En ellas, pese a haber logrado cuatro puntos de seis, el Villarreal ha visto mermado su caudal atacante.

MENOS GOL // Una de las consecuencias de la ausencia de Aquino ha sido, sin duda alguna, la menor capacidad goleadora del equipo. Los amarillos habían goleado a Mirandés (1-5) y Numancia (6-1) y desde que el mexicano fuera sustituido en Murcia, en el minuto 23 con 0-0, el equipo solo ha sido capaz de anotar dos tantos en casi tres encuentros.

Sin lugar a dudas, el combinado de Marcelino ha perdido profundidad por banda desde la baja del futbolista azteca, ya que en la casi totalidad de los encuentros que ha disputado con la elástica amarilla, que son hasta la fecha ocho, Aquino ha sido el mejor.

El centrocampista mexicano podría haber forzado este pasado fin de semana para estar en Lugo, pero el cuerpo técnico del Submarino decidió no arriesgar y asegurar para los próximos compromisos ante rivales directos a su nueva estrella.