La suerte está cambiando. Ese factor determinante que necesita todo equipo que a final de Liga quiere estar en lo más alto y que, hasta la fecha, le estaba dando la espalda. El CD Castellón está en racha desde la llegada de Kiko Ramírez y ayer encadenó su tercera victoria consecutiva, la segunda de ellas tras una remontada, la cual se produjo de forma agónica en los minutos finales ante un Torre Levante (2-1) que apenas hizo nada ni para sumar un punto. Un triunfo que mete de lleno a los de la capital de la Plana en la pelea por las plazas de play-off.

La buena racha que atravesaba el equipo desde la llegada de Kiko Ramírez invitaba al optimismo. Pero enfrente estaba el quinto clasificado, un bloque muy bien trabajado y que demostró desde un principio que iba a ponerle las cosas difíciles a los albinegros. Sin duda, un duro examen el que afrontaban los orelluts.

El técnico continuó con el dibujo que le está dando buen resultado, con Castells y Marenyà liderando la medular, con Meseguer de mediapunta por detrás de Antonio, y con Carrillo y Pruden alternándose en ambas bandas.

La puesta en escena fue buena. El Castellón dominaba y pronto llegaron las ocasiones. Antonio avisó tras una gran jugada de Pruden, Castells lo probó desde la media distancia e incluso el propio Antonio se quedó solo en el área pequeña y fusiló al meta Coronado, pero el balón fue a su cuerpo, evitando el tanto local.

Todo parecía coser y cantar, con fases de buen juego y oportunidades claras. Pero en el minuto 29, en una acción que parecía no llevar peligro, el lateral izquierdo Alberto Ramos se resbaló y dejó solo por el flanco diestro del ataque del Torre Levante a Aarón, que hizo el pase de la muerte para que el delantero Diego ajusticiara a Álvaro Campos (0-1).

Un tanto que en lugar de minar la moral de los albinegros sirvió para despertarles más si cabe, ya que hasta el final del primer acto hubo fases combinativas de muchos quilates e incluso varias ocasiones para empatar, en especial una de Carrillo que mandó fuera sin portero y otra de Meseguer, que rozó la escuadra.

PEOR JUEGO Y REMONTADA // En la segunda parte el Castellón comenzó sin la chispa del primer acto. El equipo estaba más espeso y no llegaban las ocasiones que sí hubo en la primera mitad. Ante el bloqueo general del equipo, Kiko Ramírez decidió dar entrada a Rubén Fonte por Marenyà, para situarlo junto a Antonio, y retrasar a Meseguer como mediocentro; así como sacar a Lolo para escorarlo en la derecha, en detrimento de un apagado Carrillo.

Pero el Castellón no terminaba de reencontrarse. Pruden desapareció por momentos, a Meseguer le costaba un mundo soltar el balón y ni a Antonio ni a Fonte le llegaban balones con claridad.

El Torre Levante, ultradefensivo, seguía a lo suyo, con dos líneas de cuatro y cinco jugadores bien agazapado atrás, sin dejar resquicio. Hasta que apareció la dosis de fortuna que los equipos que terminan arriban precisan.

Corría el minuto 83, ya con Dani Pujol en el campo -entró por el lateral Luismi Ruiz--, cuando Antonio se fabricó un mano a mano tras aprovecharse de un mal despeje de un defensa rival. El 9 albinegro se plantó ante Coronado, al que le lanzó una vaselina. El meta despejó el esférico, cuyo rechace fue nuevamente a Antonio, que también por arriba y con suspense establecía el 1-1.

El júbilo se desataba en Castalia. Quedaban siete minutos. Tiempo suficiente para volcarse a la heroica. Y salió bien. A falta de un minuto, Pruden Sáez tuvo la fortuna de los cracks, ya que un centro-chut suyo desde la izquierda se colaba por la escuadra, obteniendo un justo y merecido 2-1. ¿Quiso poner ahí el balón? ¿Tuvo suerte? ¡Qué más da! El Castellón merecía ganar y el fútbol hizo justicia, una circunstancia que no siempre se da en este deporte. H