La del Camp Nou fue la definitiva prueba del algodón para Rodrigo Hernández. El madrileño nunca engaña. Si alguien dudaba a estas alturas de la capacidad del centrocampista formado en la cantera grogueta para coger las riendas del Villarreal, ante el Barça, y a pesar del 4-1, Rodri disipó todas las dudas.

El Submarino no notó la ausencia de su capitán —vital en los esquemas de Escribá— en Can Barça, y el joven futbolista de 20 años tuvo gran parte de culpa. Ya no fue solo su fútbol fácil, inteligente con balón y sin él, siempre mostrándose para dar la mejor opción a sus compañeros; cuando toca arremangarse y sacrificarse en tareas de contención el madrileño no es de los que se esconde: en el Camp Nou recuperó 10 balones ante los jugones del Barça, el mejor del Submarino en esa faceta.

El calificativo de «relevo natural de Bruno» que le ha dedicado en más de una ocasión su entrenador durante esta temporada va camino de quedarse corto. El calificativo de promesa se le está quedando muy pequeño al madrileño, que en esta segunda vuelta de la Liga ha confirmado que ya es una realidad.

INICIOS COMPLICADOS

Así lo considera también Fran Escribá, que poco a poco ha ido aumentando el protagonismo del mediocentro durante la presente temporada. El inicio no fue fácil ni agradable para Rodrigo, que vio en el arranque de la Liga como las oportunidades escaseaban. Empezó con tres partidos en blanco —Granada, Sevilla, en casa, y Málaga—, sin salir del banquillo. Incluso empeoró su situación en las jornadas siguientes, en las que Escribá le eligió como uno de los descartes en cuatro encuentros consecutivos.

Los primeros minutos no llegaron hasta la octava jornada, en un partido resuelto ante el Celta (5-0), y los siguientes solo le fueron ofrecidos a cuentagotas, hasta la 12ª jornada, en la que Rodrigo entró en las rotaciones del míster en San Mamés para disputar sus primeros 90 minutos consecutivos en la Liga. Pese a ello, el madrileño no pasó de jugar una media de 13 minutos por encuentro en una primera vuelta que acabó como empezó, sentado en el banquillo y sin opciones de ser uno de los relevos.

LA CONFIRMACIÓN

Evidentemente, algo debió ver Escribá en el trabajo del día a día de Rodri para que la situación haya mejorado ostensiblemente en la segunda parte de la temporada, en la que el futbolista ha triplicado su protagonismo en el equipo. Ha jugado en 13 de los 17 partidos de la segunda vuelta —cinco como titular— y sus números han aumentado hasta marcar ahora un promedio de 35 minutos por encuentro, todavía alejados de las cifras de un futbolista titular, pero que han bastado para dejar constancia de su clase. Los poco más de 200 minutos de la primera vuelta se han convertido en 600 en la segunda.

JUGADOR 'FRANQUICIA'

«Será muy importante para el futuro del equipo», dice el consejero delegado del club, Fernando Roig Negueroles, que ya ha firmado dos ampliaciones de contrato con el centrocampista.

La primera en el 2015, cuando Rodrigo Hernández extendió su vinculación hasta el 30 de junio del 2018, coincidiendo con el título europeo en categoría sub-19 que el futbolista del Submarino ganó con España; la segunda, el pasado verano, cuando aparecieron inquietantes ofertas por el que está llamado a ser jugador franquicia del club durante la próxima década. «Es más que satisfactorio es que un jugador que está con nosotros desde la categoría cadete apueste por el club pese a haber tenido ofertas muy fuertes para marcharse», se congratula Roig Negueroles, que ahora trabaja en blindar ya de manera definitiva a Rodrigo.