Apenas un minuto después de que Pérez Lasa señalará el final del partido y el Villarreal fuera humillado por el modesto Mirandés, Fernando Roig ya le había comunicado a Garrido que era destituido. El presidente tenía claro cual era el camino a seguir con el técncio y el mismo lo conocía de su boca. Si se superaba la eliminatoria, todo continuaría igual, pero una derrota precipitaría su destitución. Existía un ultimátum pero casi nadie contemplaba que el Submarino fuera a quedar apeado del torneo del KO y menos vapuleado y bailado por un humilde Segunda B.

Garrido puso fin de la forma más dolorosa a 13 años de trabajo en el Villarreal, cuando todavía le restaba un año más de contrato y uno más opcional para el club. El técnico apenas salió del banquillo durante el encuentro, una forma de actuar impropia de un hombre que vive con pasión e intensidad su trabajo.

En el vestuario se vivieron momentos de emoción cuando Garrido comunicó que el presidente acababa de destituirle. La imagen del segundo entrenador Raúl Garrido y del preparador físico Carlos Corberán llorando a lágrima viva rompió el corazón hasta al más duro de los componentes del plantel. El entrenador agradeció el comportamiento de sus futbolistas y les pidió que ellos eran los que tenían que sacar al equipo de donde se encontraba ahora mismo. La plantilla reaccionó de una forma totalmente inesperada por lo que los jugadores demostraron en el terreno de juego. Un grupo de futbolistas se dirigió a Garrido para pedirle perdón por lo que había pasado, declarándose culpables de lo que le había sucedido al Villarreal hasta ahora. Y la mayoría se despidió personalmente del que ha sido su jefe hasta anoche.

A renglón seguido entró Fernando Roig, acompañado de su hijo y del vicepresidente, José Manuel Llaneza. El presidente apenas podía enlazar palabras. Su rostro y el tono de su discurso reflejaba que estaba viviendo uno de los momentos más duros desde que llegó al Villarreal. Roig explicó a los jugadores que había adoptado una decisión que iba en contra de sus principios y sus ideas, porque en el club se confiaba ciegamente en Garrido y se había decidido que continuara en su puesto. Incluso, el propio técnico había diseñado una especie de mini pretemporada para la vuelta de vacaciones de Navidad con el fin de retornar a la competición en el 2012 con renovados bríos.

Después, el presidente fue muy duro en sus palabras con los jugadores, a los que conminó a que ellos mismos se reunieran entre sí para hablar de lo que le estaba sucediendo a un plantel plagado de internacionales y cuyo rendimiento distaba mucho de su calidad y sus elevadas nóminas. Roig les advirtió del gran esfuerzo personal que él estaba realizando para cumplir con los compromisos económicos del Villarreal y que venían tiempos muy complicados en ese sentido.

En su alocución en el vestuario también aseguró que comenzaba una nueva etapa y que el club iba a meditar en los próximos días el nombre del nuevo entrenador que tomará las riendas del equipo a la vuelta de vacaciones el 28 de diciembre.

¿Qué perfil debe de tener el nuevo inquilino del banquillo del Madrigal? Anoche, los tres hombres que llevan las riendas del Villarreal empezaron a trabajar en esa hipótesis y en los posibles candidatos. Un hombre que se adapte a la filosofía de juego del club y que tenga la suficiente ascendencia para levantar el ánimo de un plantel destrozado psicológicamente. Ahora además de un entrenador se necesita un revulsivo anímico. La variante económica también tendrá su peso en la decisión.

LA OPCIÓN MOLINA // Si Roig se mantuviera fiel a su idiosincrasia, el nombre de José Francisco Molina podría ser una alternativa importante para el banquillo. Conoce a los jugadores, le gusta el buen fútbol y ha sido un jugador importante, además de ser un hombre de carácter. En su contra, que la trayectoria del filial tampoco ha sido muy buena, aunque el filial amarillo está destinado a sufrir en 2ª A. Molina es uno de los nombres que barajaba anoche Roig, pero no el único. H